El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, denunció ayer una supuesta “segunda emboscada violenta” en el país y ordenó al ministro de Interior, Miguel Rodríguez Torres, que se detenga a las personas a las que se les encontraron las pruebas de un presunto plan de desestabilización.

“Se está preparando una segunda emboscada violenta contra el pueblo y contra la patria. He dado órdenes para que proceda a detener inmediatamente a las personas que se les encontraron pidiéndole dinero a un estadounidense, a un gringo, para violentar las ciudades del país”, dijo.

El Ministerio de Interior informó de la detención de un ciudadano estadounidense al que identificó como Timothy Hallett Tracy acusado de ser una agente de inteligencia vinculado con el “adiestramiento” de estudiantes venezolanos para llevar a cabo acciones de violencia en el país.

Venezuela se encuentra sumida en una crisis política tras la estrecha victoria de Maduro en las elecciones del 14 de abril, un resultado que el líder opositor, Henrique Capriles, no aceptará hasta que se audite la totalidad de los votos.

Protestas de grupos opositores dejaron la semana pasada un saldo de nueve muertos y casi 80 heridos. Maduro responsabilizó directamente a Capriles de esos crímenes, mientras que el líder opositor culpó de esa violencia a infiltrados del Gobierno.