Maestros inconformes con la nueva ley de educación de México atacaron las sedes de partidos políticos en Guerrero (sur), donde incluso prendieron fuego a las oficinas del oficialista PRI, luego de que el Congreso estatal aprobara un dictamen contrario a sus demandas.

Miles de integrantes de la Coordinadora Estatal de los Trabajadores de la Educación en Guerrero marcharon en Chilpancingo, la capital estatal, y se dirigieron a la sede del Partido Revolucionario Institucional (PRI), al que pertenece el presidente Enrique Peña Nieto, quien impulsó la reforma que condiciona los ascensos e ingresos de maestros a evaluaciones periódicas, entre otros puntos.

El martes, los diputados de Guerrero aprobaron estas medidas en una sede alterna a la del Congreso, resguardada por 300 policías. Las oficinas del PRI fueron violentamente saqueadas por los manifestantes que, encapuchados y armados con palos y tubos, rompieron vidrios, ingresaron al interior y aventaron hacia la calle muebles, papeles y plantas.

Los profesores inconformes solicitan un mecanismo de evaluación estatal controlado por ellos mismos, y que los egresados de la universidad de docentes obtuvieran automáticamente un puesto de trabajo en el sistema educativo.