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Masificación de la huelga pone en jaque a Rousseff

La ola de paros de empleados públicos se agravó esta semana, con la adhesión de más sectores, lo que, según los sindicatos, elevó el número de huelguistas a más de 350 mil. La decisión del gobierno de Dilma Rousseff de sancionar a los huelguistas con descuentos y no conceder los ajustes salariales solicitados y las demandas sectoriales, enardeció los ánimos.

La Policía Federal, la Policía Caminera Federal, los empleados del Tesoro y otros sectores se sumaron esta semana a los profesores universitarios y otras ramas de los trabajadores estatales, con lo que hay 36 gremios en paro y 350 mil funcionarios sin trabajar, según Valor Económico (VE).

“Dilma se endurece con los huelguistas”, publicó ayer este diario brasileño en su principal título de portada, indicando que Rousseff resolvió adoptar una posición más severa con los sindicatos que están en paro desde hace más de dos meses. “La presidenta Dilma Rousseff autorizó la firma de los primeros convenios con Sao Paulo, Río de Janeiro e Paraná a fin de substituir a los servidores federales en huelga por funcionarios estatales y municipales similares”, conforme determina un decreto aprobado por su Gobierno a fines de julio, recordó el diario brasileño.

Medidas. ANSA informó que algunos trabajadores gritaron “Dilmadura” en una manifestación que se prolongó hasta ayer por la noche frente al Palacio del Planalto (centro de Brasilia), donde también fue abucheado el ministro Gilberto Carvalho, interlocutor del Gobierno con los sindicatos.

Según Folha, el secretario del Tesoro, Arno Agustín, dijo que la huelga acabaría el 31 de este mes con el envío del Presupuesto 2013 al Congreso, lo cual causó gran molestia entre los funcionarios y sindicalistas, porque ello cerraría la posibilidad de negociación.

“No estamos siendo escuchados. Sólo nos queda hacer huelga en busca de mejoras salariales”, señaló el líder sindical Pedro Delarue, señala AFP. El inicio de los paros de la Policía Federal y Caminera causaron problemas en aeropuertos y bloqueos en carreteras, cuadro que tiende a empeorar en los próximos días. La última gran huelga se registró al inicio de la gestión del expresidente Luiz Inácio Lula da Silva (2003).

Obreros piden a Lula interceder en conflicto

La Central Única de los Trabajadores (CUT) de Brasil solicitó al expresidente y exlíder sindical Luiz Inácio Lula da Silva interceder por el sector ante la presidenta Dilma Rousseff para arribar a puntos de consenso frente a la mayor huelga nacional desde 2003 (primer año de gobierno de Lula).

Rousseff y Lula se reunieron el lunes durante varias horas y posteriormente mantuvieron una comunicación telefónica en la que conversaron sobre las huelgas, ocasión en la que la Presidenta criticó a la CUT por actuar con “intransigencia”, según informaron varios medios locales, anunció la agencia ANSA. El orden público está a cargo principalmente de la Policía Militar, que por ley está impedida de realizar huelgas.

AFP reportó que unos 580 mil empleados forman parte del servicio público federal (dependiente del Ejecutivo), según el Ministerio de Planeación. Los sindicatos calculan que más de 350 mil empleados de diferentes sectores participan de la huelga que lleva dos meses.