Médicos luchan por la recuperación de Giffords
Esperanza. La congresista ya respira por sí sola

Los estudios señalan que 19 de cada 20 personas que reciben un tiro en la cabeza mueren inmediatamente por causa de la herida. La congresista estadounidense Gabrielle Giffords podría ser una de las afortunadas.
Un reporte de BBC Mundo señala que los médicos que la están tratando se han mostrado cautelosos de especular sobre su estado, pero dicen que ya es un enorme logro el hecho de que haya logrado sobrevivir el tiroteo del sábado en Tucson, Arizona.
Todavía deben pasar varios días antes de que se la pueda declarar fuera de peligro, pero —según los especialistas— después de la operación quirúrgica de dos horas, a la que fue sometida, sus posibilidades de supervivencia parecen «mejores que nunca».
La primera indicación sobre una posible mejora es que la paciente, como informaron los médicos, estaba respondiendo a órdenes simples como apretar la mano de otra persona.
El doctor Peter Rhee, el cirujano traumatólogo que la operó —un ex médico militar que sirvió en Afganistán— dijo que la congresista fue afortunada, porque la bala cruzó por un sólo lado, y no tocó áreas del cerebro cuya lesión hubiera sido mortal.
El facultativo agregó que, gracias a que la bala no permaneció en el cerebro, no hubo necesidad, durante la cirugía, de extraer una gran cantidad de tejido muerto, lo cual es otra señal positiva. En las lesiones de bala, a menudo los fragmentos de hueso viajan a través del cerebro causando hemorragia y daños adicionales.
La familia del agresor rompe el silencio
En un comunicado entregado a la prensa, que está apostada a las puertas de su vivienda, la familia de Jared Lee Loughner, el acusado de la masacre del sábado en Tucson, afirma: «No hay palabras que puedan expresar lo que sentimos. Ojalá las hubiera y ello permitiera hacer sentir mejor a los demás».
Loughner, de 22 años, está acusado de varios delitos de asesinato en primer grado e intento de asesinato en el tiroteo del sábado en Tucson, en el que murieron seis personas y 14 resultaron heridas, entre ellas la congresista de Arizona Gabrielle Giffords. «No entendemos por qué ha pasado esto. Nos gustaría poder cambiar los terribles eventos que ocurrieron el sábado», dice la familia de Loughner.