La canciller alemana Angela Merkel fue humillada en la elección presidencial de Alemania cuando en el colegio electoral su candidato, el conservador Christian Wulff, recién se impuso en la tercera y última vuelta de una elección con tintes de psicodrama.

La elección del jefe de Estado alemán se lleva a cabo generalmente en total discreción, pero los grandes electores aprovecharon la ocasión para marcar su descontento hacia la Canciller y su coalición de centroderecha.

A los 51 años, Wulff, jefe del gobierno regional de Baja Sajonia y peso pesado del partido conservador CDU de Merkel, se convierte en el décimo y más joven presidente de la posguerra, al cabo de una elección de nueve horas.