El presidente de México, Felipe Calderón, promulgó ayer una nueva ley en materia de lavado de dinero para poner cerco a los $us 12 mil a 14 mil millones que, según cálculos del Legislativo, se movilizan cada año ilícitamente en el país.

La Ley Federal para la Prevención e Identificación de Operaciones con Recursos de Procedencia Ilícita “adopta los criterios internacionales más avanzados en el mundo en materia de lavado de dinero”, dijo.

Calderón —que concluirá su mandato en diciembre— consideró “indispensable combatir a la industria del crimen, particularmente del crimen organizado transnacional, justo en el corazón de sus actividades: en el flujo de dinero que le da poder para corromper autoridades, para intimidar a los ciudadanos y para expandir sus actividades ilícitas”.

La ley crea una unidad especial para perseguir el lavado de dinero y establece una limitación a las transacciones en efectivo y a las vinculadas a juegos de apuestas, concursos o sorteos, así como a la emisión o comercialización de tarjetas de servicios o de crédito no bancarias y cheques de viaje.

También prohíbe, entre otros, transacciones en efectivo en determinadas operaciones inmobiliarias con un valor superior a un millón de pesos mexicanos (unos $us 77.519) o en la compraventa de vehículos que superen los $us 15.504.