El gobierno de México está abierto a discutir sobre las implicaciones de legalizar la droga, aunque no comparte esa iniciativa, dijo un funcionario.

«La postura del Gobierno es que el debate sobre la legalización está abierto y debe darse como corresponde a una sociedad democrática, aunque también deben ponderarse las implicaciones», explicó a la AFP Roberto Gil, subsecretario de Gobernación, equivalente al Ministerio del Interior.

Gil dijo que sólo se pide un debate amplio que analice en forma cuidadosa las implicaciones. «Tenemos que hacer una evaluación sobre las implicaciones de salud pública y el aumento de adicciones que tendría el asumir una política de despenalización», señaló.

El martes, en una sesión de los foros convocados por su gobierno para discutir su estrategia contra el crimen organizado, el presidente de México, Felipe Calderón, aceptó debatir sobre la legalización.

El gobernante advirtió que una decisión de legalizar el consumo podría «dejar a riesgo a varias generaciones de jóvenes y adolescentes», pero también reconoció que «tiene efectos de valor económico importantes, en el sentido de reducir flujos para la criminalidad».

El martes, la presidencia mexicana aclaró en un comunicado que «aún estando en contra de la legalización de las drogas, el presidente Calderón no se opone al debate en torno a este tema», en un país afectado por la violencia desatada por bandas de narcotraficantes.