Miles de militares y policías fueron desplegados en Honduras en operativos conjuntos para tratar de frenar la ola de violencia, luego de la ejecución de 17 trabajadores de un taller de zapatería el martes en San Pedro Sula, al norte del país.

Según el informe original, entre tres y cuatro individuos llegaron en vehículos frente a un taller en el barrio «Flor del Valle», entraron al negocio y abrieron fuego con fusiles AK-47 contra los trabajadores.

El ministro de Seguridad, Óscar Álvarez, atribuyó la matanza a la lucha entre pandillas por territorios para vender drogas, pero los familiares rechazaron esa versión y afirmaron que las víctimas, de 17 a 22 años de edad la mayoría, eran trabajadores y no drogadictos.