El exmandatario Hosni Mubarak, de 84 años, que gobernó Egipto durante tres décadas (1981-2011), ha sido declarado culpable en la represión y muerte de los manifestantes durante las revueltas de la Primavera Democrática Árabe y condenado a cadena perpetua en un fallo histórico para Egipto y Medio Oriente.

      El exministro del Interior Habib el-Adly ha corrido la misma suerte que el exgobernante egipcio y ha sido condenado ayer a cadena perpetua por haber ordenado disparar a los manifestantes durante la rebelión, lo que causó el fallecimiento de más de 800 personas.

Elecciones. La noticia ha llegado en plena campaña de la segunda vuelta de las elecciones presidenciales, en la que a mediados de junio 50 millones de egipcios deberán elegir entre Mohamed Morsi, fundamentalista islámico, candidato de los Hermanos Musulmanes; y Ahmed Shafik, el último primer ministro de Mubarak. Según la mayoría de los analistas, este contexto puede haber influido de forma muy directa en la decisión de los tres jueces que integran el tribunal.

Shafik es el candidato preferido de la Junta Militar, que administra el país desde la renuncia de Mubarak. Con la finalidad de atraerse a los votantes laicos favorables a la Primavera Árabe, Shafik prometió que “no hay vuelta atrás”, en referencia a una posible restauración del antiguo régimen en caso de su victoria electoral.