El intelectual francés Stéphane Hessel, uno de los redactores de la Declaración Universal de los Derechos Humanos y autor del libro ¡Indignaos! —que inspiró a movimientos de protesta en todo el mundo—, falleció la noche del martes a la edad de 95 años. Hessel “murió en la noche”, confirmó a la agencia AFP su esposa, Christiane Hessel-Chabry.

Hessel nació el 20 de octubre de 1917 en Berlín, llegó a Francia a los ocho años de edad y adquirió la nacionalidad francesa en 1937. Resistente y deportado durante la Segunda Guerra Mundial, y luego embajador de Francia, Hessel, hombre de izquierdas y europeísta convencido, era conocido por sus posiciones en defensa de los derechos humanos, el derecho de asilo, los derechos de los inmigrantes y los derechos de los palestinos.

El francoalemán escribió numerosas obras, pero fue el pequeño libro ¡Indignaos!, publicado en 2010, el que le dio fama mundial. Al conocer el deceso, el presidente del Parlamento Europeo, el socialdemócrata alemán Martin Schulz, saludó al “gran europeo, siempre comprometido, nunca satisfecho, impulsado por un espíritu de combate y de libertad”.

En Francia las declaraciones de homenaje de personalidades políticas son innumerables. El primer ministro francés Jean-Marc Ayrault afirmó que “Hessel encarnaba el espíritu de resistencia, la fuerza del combate contra todas las injusticias” y era para “todas las generaciones una fuente de inspiración” encarnando “la fe en el porvenir de este nuevo siglo”. ¡Indignaos!, libro-manifiesto que llama a la “insurrección pacífica”, resonó en todo el mundo, con más de cuatro millones de ejemplares vendidos en 35 países.

Impacto. Las ideas de Hessel acompañaron los levantamientos populares en los países árabes y sirvieron de bandera a los movimientos protestarios de los Indignados en los países occidentales, desde España y Grecia hasta Estados Unidos, donde inspiró al movimiento Occupy Wall Street.

Hessel, torturado por la Gestapo y superviviente de los campos nazis de concentración, tuvo una larga carrera y participó también en la elaboración de la Declaración Universal de los Derechos Humanos de 1948.

En una iniciativa sin precedentes en sus casi siete años de historia, el Consejo de Derechos Humanos de la Naciones Unidas guardó ayer un minuto de silencio en homenaje al escritor, diplomático y resistente francoalemán. La alta comisionada de la ONU para los Derechos Humanos, Navi Pillay, lamentó también la muerte de Hessel, al que se refirió como “uno de los grandes defensores de los derechos humanos”.