Unos 100 soldados colombianos fueron expulsados ayer a empujones de una base militar en Toribio (Cauca) por indígenas de la etnia nasa que buscan recuperar el control de sus territorios, en los que no cesan los enfrentamientos entre el Ejército y la Policía con las FARC.

La acción la llevó a cabo un numeroso grupo de aborígenes tras expirar el ultimátum dado tanto a la fuerza pública como a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) para que salieran de sus tierras ancestrales en el departamento del Cauca.

El desalojo de la fuerza pública “pone más tensa la situación”, advirtió el secretario de Gobierno de Toribío, José Miguel Correa, en declaraciones a la agencia EFE.

Correa observó que Berlín, el cerro donde estaban apostados los militares y que acoge antenas de telecomunicaciones civiles, fue tomado por centenares de nasas o paeces, que dieron así apoyo al centenar de guardianes nativos que el 12 de julio se encaramaron en el cerro y desde entonces convivían con las tropas de la Fuerza de Tarea Apolo.

Los soldados se vieron obligados a retirarse hasta la parte baja del cerro a la espera de instrucciones de sus superiores.  El exjuez español Baltasar Garzón se reunió con las autoridades indígenas de Cauca el domingo. Sin embargo, el Gobierno de Colombia descartó la posibilidad de una mediación del jurista.