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Newtown entierra a sus víctimas; Obama obligado a abordar tema de las armas

La pequeña localidad de Newtown (Connecticut, noreste de EEUU) inhumaba este lunes a las primeras víctimas de la masacre en la escuela primaria de Sandy Hook, luego de que el presidente Barack Obama prometiera un debate para «evitar tragedias como ésta».

Los funerales de Noah Pozner y Jack Pinto, ambos de 6 años, tendrán lugar este lunes en Newton y Fairfield, un pueblo vecino, mientras que el resto de los 20 niños y seis adultos asesinados serán inhumados a lo largo de la semana, dijo el periódico local Newtown Patch.

El autor de los disparos, un joven de 20 años, mató antes a su madre en su domicilio, y se suicidó luego en el establecimiento escolar.

El domingo, el presidente estadounidense Barack Obama visitó esta bucólica localidad de 27.000 habitantes de Nueva Inglaterra para consolar a las familias de las víctimas, ocasión en la que prometió hacer todo lo posible para evitar esta clase de tragedias.

El presidente pidió a sus compatriotas que se pregunten si «estamos haciendo lo suficiente para proteger a nuestros niños».

«Estuve pensando en esto en los últimos días, y si somos francos con nosotros mismos la respuesta es ‘no'», agregó el presidente, observando que esta visita a Newtown era la cuarta que realizaba en sus cuatro años de gobierno a un escenario de actos de violencia mortal.

«No podemos tolerarlo más. Estas tragedias deben terminar. Y para que así sea, debemos cambiar», afirmó el mandatario.

«En las próximas semanas, emplearé los poderes que mi función me confiere y me reuniré con mis conciudadanos, desde las fuerzas del orden hasta los profesionales de la psiquiatría, pasando por los docentes, con el fin de trabajar para evitar tragedias como ésta», prometió el presidente.

Control de armas

Este nuevo tiroteo, uno de los más letales de los últimos años y uno de los más graves en un establecimiento escolar, volvió a instalar el debate acerca de las leyes que reglamentan el derecho a poseer armas –garantizado por la Segunda Enmienda a la Constitución estadounidense.

Desde la masacre del viernes se han multiplicado los llamados a endurecer la legislación sobre armas de fuego. La senadora demócrata Dianne Feinstein anunció el domingo que en cuento entre en funciones el nuevo Congreso a principios de enero presentará un proyecto de ley para prohibir la compra de fusiles de asalto.

Ilustrativo de los cambios que pueden producirse, el senador demócrata de Virginia Occidental, Joe Manchin, ferviente defensor de la segunda enmienda, llamó el lunes en la cadena MSNBC a realizar un debate «sensato y razonable» sobre el control de las armas.

El senador independiente por Connecticut, Joseph Lieberman, que abandonará el Congreso el próximo mes, llamó el lunes por la cadena CNN a «intentar que todas las emociones que sentimos en este momento no desaparezcan».

Por otro lado, más 140.000 personas habían firmado este lunes por la mañana la petición en la página web de la Casa Blanca para reclamar una ley sobre el control de las armas.

Una ley, firmada por el presidente Bill Clinton en 1994, los había prohibido, pero la disposición expiró en 2004, y jamás fue renovada. Barack Obama propuso restablecerla durante su campaña presidencial de 2008, pero durante su gestión no hizo de ello una prioridad.

Por su parte, la Policía confirmó oficialmente el domingo la identidad del autor de la matanza: Adam Lanza, de 20 años, quien se suicidó tras haber disparado «muchos, muchos tiros, centenares».

El teniente Paul Vance, portavoz de la Policía de Connecticut, Adam Lanza utilizó principalmente un fusil de asalto Bushmaster .223. Tenía también dos pistolas, con una de las cuales se suicidó, y varios cargadores llenos a su disposición para cada una de las armas. Un segundo fusil fue hallado en el baúl de su coche, estacionado fuera de la escuela.

Según medios estadounidenses, todas esas armas fueron compradas legalmente por la madre de Adam Lanza, que poseía muchas en su casa.

Los investigadores ya hablaron con la única adulta herida que sobrevivió al ataque y los cuerpos comenzaron a ser entregados a las familias, precisó Vance, quien destacó que aún se necesitarán «semanas de trabajo» para responder a numerosas preguntas.

La presencia de una persona sospechosa determinó este lunes el cierre de una escuela de Ridgefield también en el estado de Connecticut (noreste) y el despliegue de fuerzas policiales en torno a todas las escuelas de esa localidad, cercana a Newtown.

«Todas las escuelas están en estado de alerta y hay presencia policial en todos los edificios», informó en su sitio de internet el sistema de educación público de Ridgefield.

Ese organismo cita «informes de una persona posiblemente sospechosa».