Mapas imprecisos, entregados por los dueños de la empresa, causaron un nuevo fracaso en los esfuerzos para contactar a 33 obreros que el 5 de agosto quedaron atrapados por un derrumbe en una mina del norte de Chile, según dijeron los rescatistas.

«Con mala información es difícil tomar una decisión precisa (…), sólo tengo la información entregada por la empresa», dijo a los periodistas Andrés Sougarret, el experto que ha estado al frente de los trabajos de rescate.

Los 33 mineros cumplieron hoy 15 días a 700 metros de profundidad en la mina de cobre y oro San José, de la empresa San Esteban, en la región de Atacama, a unos 830 metros de Santiago.

Una de las nueve sondas que perforan la mina superó ayer los 700 metros de profundidad. «Lamentablemente la sonda más avanzada no hizo contacto con los mineros atrapados», confirmó desde Santiago el presidente Sebastián Piñera.

El 7 de agosto, un segundo derrumbe bloqueó la chimenea de ventilación de la mina, por donde las cuadrillas de rescate trataban de llegar a los atrapados. Los rescatistas insistieron en esa vía, pues de lograr abrirla, el rescate se habría reducido a pocas horas, pero debieron desistir definitivamente el 15 de agosto, cuando se encontraron con una pared de 700 mil toneladas de roca.

Ayer, mientras el experto indicaba que la sonda más avanzada llegó a 720 metros, el ministro de Minería, Laurence Golborne, informaba del fracaso a los familiares de los atrapados, quienes instalados en un improvisado campamento que llamaron «Esperanza», en el que han permanecido desde el primer día, se habían mantenido en vigilia toda la noche, en espera del contacto.