La nueva presidenta Park Geun-Hye, la primera jefa de Estado de Corea del Sur, asumió esta semana sus funciones advirtiendo a Corea del Norte que no tolerará ninguna provocación, aunque continuará con la política de acercamiento gradual.

“El reciente ensayo nuclear de Corea del Norte es un desafío para la supervivencia y el futuro del pueblo co-   reano”, declaró Park el lunes durante su discurso de investidura. “No se engañen, la principal víctima será la misma Corea del Norte”, aclaró.

“No toleraré ninguna acción que amenace las vidas de nuestro pueblo y la seguridad de nuestra nación”, aseguró la Mandataria ante unas 70 mil personas congregadas ante la Asamblea Nacional, en Seúl.

En conformidad con su línea adoptada durante la campaña electoral, Park sostuvo que llevará a cabo una política basada en la confianza con Pyongyang, en oposición con su predecesor Lee Myung-Bak, partidario de una línea dura. “Avanzaré paso a paso sobre la base de una fuerza disuasiva creíble”, declaró.

Sin embargo, observadores destacaron que el ensayo nuclear realizado por los norcoreanos el 12 de febrero, que indignó y preocupó al Gobierno y a la población de Corea del Sur, podría dificultar su tarea.

Política. Además de la cuestión de Corea del Norte, la nueva Jefa de Estado deberá responder también a los pedidos de la clase media, preocupada por la seguridad económica y las desigualdades sociales. El lunes, su discurso estuvo dedicado fundamentalmente a la economía. Prometió “una democratización económica”, la creación de empleos y la extensión de las ayudas sociales en este país, que registra una de las tasas de envejecimiento más rápidas del mundo.

Al referirse a “otro milagro” —al milagro económico de Corea después de la guerra— Park afirmó que su gobierno construirá “una economía creativa”, más allá de los sectores manufacturero e industrial. “En el corazón de la economía creativa se encuentran la ciencia, la tecnología y la tecnología de la información, sectores que he señalado como prioritarios”, afirmó. También lanzó una advertencia a los “chaebols”, esos grandes conglomerados surcoreanos, acusados por sus detractores de asfixiar la innovación y las empresas pequeñas.

Park Geun-Hye, de 61 años, se convirtió así en la primera mujer que llega a la presidencia de Corea del Sur, la cuarta economía de Asia. Park es la hija de Park Chung-Hee, que dirigió el país durante 18 años después de llegar al poder en 1961 gracias a un golpe de Estado militar.

Park Chung-Hee dirigió el país con mano de hierro hasta que fue asesinado en 1979, y su legado sigue dividiendo al país: para unos fue el artífice del milagro económico surcoreano después de la Guerra de Corea (1950-1953), para otros fue un implacable censor de las libertades públicas.

Park estudiaba en Francia cuando fue llamada a Seúl junto a su padre viudo para ocupar el puesto de primera dama (1974). Después de la muerte de su progenitor abandonó la vida pública y sólo volvió a ella en 1998, cuando fue elegida diputada.

Soltera y sin hijos, Park hizo valer este estatuto para seducir a la izquierda, presentándose como una mujer moderna y libre que agradó a los electores cansados de los casos de favoritismo que benefician a las grandes familias económico-políticas del país.

Histórica presencia femenina

Park Geun-Hye hizo historia en las elecciones del 12 de febrero al llegar a la jefatura de Estado de un país en el que el 80% de los diputados son hombres y la inmensa mayoría de instituciones y empresas apenas cuentan con representación femenina en sus órganos directivos.

Perú estrecha lazos con el nuevo Gobierno

La vicepresidenta de Perú, Marisol Espinoza, y la nueva mandataria de Corea del Sur, Park Geun-Hye, acordaron en Seúl potenciar el protagonismo del país andino en las crecientes relaciones comerciales con Latinoamérica de la cuarta economía de Asia. “Hemos hablado de convertir a Perú en un núcleo comercial y puerta de entrada de Latinoamérica” para Corea del Sur, indicó Espinoza tras su reunión con Park.

La Vicepresidenta peruana, de visita en la capital surcoreana, celebró que Park “renovara el compromiso con el presidente Ollanta Humala” que su antecesor, Lee Myung-Bak, edificó en los últimos años y que permitió a ambos países multiplicar sus intercambios y sellar un Tratado de Libre Comercio (TLC) bilateral que entró en vigor en marzo de 2012.

Según establece el acuerdo, en un período de diez años se eliminarán todos los aranceles de los productos que intercambien Corea del Sur y Perú, cuyo comercio bilateral ascendió el año pasado a aproximadamente $us 3.500 millones, de acuerdo con datos facilitados por Espinoza.