Thursday 28 Mar 2024 | Actualizado a 12:23 PM

Nuevos enfrentamientos en Santiago en un extendido estallido social

Lo que este sábado comenzó con un cacerolazo popular, con miles de familias haciendo sonar ollas y sartenes, derivó en enfrentamientos entre encapuchados y las fuerzas especiales de la policía.

/ 19 de octubre de 2019 / 15:22

Nuevos enfrentamientos estallaron este sábado en varios puntos de Santiago pese a que rige un estado de emergencia tras la explosión de furia callejera el viernes que provocó grandes daños al Metro de Santiago.

La situación de descontrol social, que disparó el aumento de la tarifa del metro esta semana, obligó al gobierno a sacar a los militares a las calles por primera vez desde que Chile recuperó la democracia en 1990.

Lo que este sábado comenzó con un cacerolazo popular, con miles de familias haciendo sonar ollas y sartenes, derivó en enfrentamientos entre encapuchados y las fuerzas especiales de la policía en la céntrica Plaza Italia, el frontis de la casa de Gobierno, la plaza de armas de Maipú y algunos sectores de la comuna de Puente Alto, constató la AFP, que también vio cómo incendiaban cinco autobuses en pleno centro.

En la Plaza Italia, escenario de algunos de los peores protestas del viernes, se desplegaron decenas de militares, incrementando la molestia de los manifestantes, alguno de los cuales los increparon directamente o les enrostraron fotografías de desaparecidos durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), que se saldó con más de 3.200 muertos y desaparecidos.

  • Jornada de enfrentamientos entre manifestantes y policías en Santiago de Chile. Fotos: AFP

En varios lugares, como las comunas de Ñuñoa y Providencia, los vecinos salieron pacíficamente a las calles para hacer sonar sus ollas, al igual que en otras regiones y ciudades como Valparaíoso y Viña del Mar.

– "Basta de abusos" –

Bajo gritos de "basta de abusos" y con la consigna en redes sociales "ChileDespertó", el país enfrenta las peores revueltas sociales en varias décadas disparadas por el alza de 800 a 830 pesos (unos 1,17 dólares) en las tarifas del metro.

Pero pronto derivaron en reclamos contra un modelo económico donde el acceso a la salud y la educación es prácticamente privado, contra la desigualdad social, las bajas pensiones y el alza de los servicios básicos, entre otras demandas, con una fuerza que ha descolocado al gobierno de Sebastián Piñera.

El mandatario demoró horas antes emitir un mensaje de calma y decretar el Estado de Emergencia pasada la medianoche del viernes, cuando el caos se extendía por todo Santiago, con enfrentamientos en varios puntos, saqueos, ataques a las estaciones del Metro e incendios.

El saldo: 308 detenidos, 156 policías heridos y 11 denuncias de civiles heridos.

Una fotografía de Piñera comiendo pizza con su familia en un restaurante de Santiago en el mismo momento que Santiago ardía, azuzó aun más la furia en un país con un largo historial de protestas violentas pero que en los últimos años se mantenía en relativa calma.

Este sábado Piñera anunció la puesta en marcha de un plan que "va a permitir mitigar el impacto que el alza en el precio del pasaje del Metro ha tenido y va a tener en los sectores más vulnerables y en la clase media necesitada", sin entregar más detalles.

– "Chile era una olla a presión" –

"Es triste pero esta destrucción fue la manera que tuvo la gente para que la escuchen. Chile era una olla a presión y estalló así de la peor manera, porque nos dejaron sin Metro", comentó a la AFP María, una empleada estatal que esperaba tomar un autobús tras la furia del viernes.

Convocados inicialmente por redes sociales bajo la consigna #EvasionMasivaTodoElDia en rechazo al alza del pasaje del Metro, principalmente estudiantes se congregaron para derribar las rejas de acceso y saltar los torniquetes del ferrocarril metropolitano.

Cuarenta y una estaciones de Metro fueron destruidas, algunas de ellas quedaron completamente quemadas.

Con casi 140 km, el metro es el de mayor extensión de Sudamérica y motivo de orgullo para los chilenos. Es el eje central del transporte público, con tres millones de pasajeros -de los siete millones de habitantes de la capital- diarios.

El sistema permanecerá cerrado este sábado y domingo y las autoridades no saben cuándo volverá a estar completamente operativo.

La masiva protesta tomó por sorpresa al gobierno de Piñera, que sólo días antes había afirmado que Chile era una especie de "oasis" en la región.

Con el ingreso per cápita más alto de América Latina, un crecimiento estimado para este año de 2,5% del PIB y una inflación del 2%, el malestar en la sociedad chilena creció a la par de sucesivas alzas en los costos de la salud y la electricidad, las bajas pensiones y una crónica -y elevada- desigualdad social.

La "perplejidad y el aturdimiento, la sorpresa del gobierno frente a esta explosión social nos tiene que hacer reflexionar por la calidad de los organismos de inteligencia; la sensación es que el gobierno tuvo una reacción demasiado lenta", dijo a la AFP el analista de la Universidad de Santiago Marcelo Mella. (19/10/2019)

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De la calle al Congreso: líderes estudiantiles chilenos buscan ser diputados

A poco más de un mes de convertirse en madre primeriza, Camila Vallejo cierra su campaña a diputada por la populosa comuna de La Florida, donde ella creció.

/ 15 de noviembre de 2013 / 20:18

Pasaron de liderar las más masivas manifestaciones estudiantiles de Chile en décadas a pelear por una banca en el Congreso: referentes de esas luchas, como Camila Vallejo o Giorgio Jackson, bregan ahora por convertirse en diputados con altas expectativas de resultar electos.

A poco más de un mes de convertirse en madre primeriza, Camila Vallejo cierra su campaña a diputada por la populosa comuna de La Florida, donde ella creció.

Sube al escenario sonriente, con jeans y su cabello a medio recoger, pero ahora no le habla sólo a estudiantes. Padres, niños y ancianos se congregaron para escuchar a una de las mayores figuras del movimiento estudiantil que en 2011 sacó a miles de personas a las calles, en reclamo de una educación pública, gratuita y de calidad.

En la tarima, Camila, de 25 años y egresada recién de Geografía, llama a todos a votar el domingo y afirma que éste es el «inicio de una nueva primavera, de un nuevo ciclo político en Chile» con la misma convicción con la que llamó a derribar el sistema educativo heredado de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

Vallejo, que saltó a la fama tras presidir la poderosa Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, postula por el Partido Comunista, que para esta elección se unió al pacto Nueva Mayoría, la coalición de la exmandataria socialista Michelle Bachelet, favorita para ganar la elección presidencial del domingo, que se realiza junto con la parlamentaria.

Su apoyo a Bachelet es visto por algunos como una traición. En enero de 2012, afirmó que «jamás estaría dispuesta a hacer campaña por Bachelet ni llamar a los jóvenes a votar por ella».

Pero ahora la respalda con fuerza. En sus carteles aparece apoyada en su hombro, bajo el lema «juntos vamos al Congreso».

«Es una decisión política que asumimos para poder hacer viable y materializables las demandas de la calle en un futuro gobierno, en un futuro parlamento», explica Vallejo en una entrevista con la AFP.

El Partido Comunista, relegado por años de la primera línea de la política chilena, resolvió tempranamente apoyar a Bachelet, a cambio de asegurar el respaldo a sus candidatos al Parlamento, entre ellos Vallejo, que tiene casi asegurada su elección.

Un camino distinto

El expresidente de la federación de Estudiantes de la Universidad Católica Giorgio Jackson optó por un camino distinto. Formó un movimiento político, Revolución Democrática, y decidió postularse como independiente por la comuna de Santiago, al no lograr un acuerdo con Nueva Mayoría para definir los candidatos de la comuna en primarias.

Pero por expresa petición de Bachelet, el pacto no inscribió competidores en esa comuna, apoyando a Jackson, que a sus 26 años y recién titulado como Ingeniero Civil, tiene también casi asegurada su elección

«No quiero ser un espectador, sino un actor. Y ser un actor es también asumir responsabilidades y poder aprovechar esa responsabilidad», dice Jackson a la AFP, tras reunirse con un grupo de amas de casa y jubiladas en un club social de Santiago, a la mitad de su campaña.

El movimiento que lo apoya, integrado por jóvenes profesionales desconfiados de los partidos políticos tradicionales, resolvió no apoyar a Bachelet aunque en una eventual segunda vuelta Jackson ha señalado que apoyaría a la exmandataria, que ha comprometido una profunda reforma educacional.

De las calles al Congreso

En 2011, Giorgio y Camila lideraron más de 40 multitudinarias marchas por Santiago, haciendo tambalear el gobierno del derechista Sebastián Piñera. Camila deslumbró al mundo por su belleza, la convicción y serenidad para plantear la necesidad de cambios radicales.

Giorgio, por su parte, fue alabado por su templanza pero también por el manejo de cifras y elementos técnicos. Otros dirigentes estudiantiles de esa época, como la comunista Karol Cariola, y los independientes de izquierda Gabriel Boric y Francisco Figueroa postulan también al congreso.

¿Qué aprendieron de la calle?   «Aprendí a desconfiar. Aprendí a organizarme, aprendí a presionar y también aprendí a comunicar algunas cosas. Y a escuchar mucho, eso es lo que uno más hace», dice Jackson a la AFP.

Ahora, desde el Congreso, ambos buscan ser la voz de los estudiantes pero también de otros movimientos sociales que irrumpieron a la par de los estudiantes.

«La educación fue mi leitmotiv para poder ingresar al parlamento, es mi razón, pero ya avanzando en el tema educacional, yo creo que también hay otros temas, el tema de las pensiones, el tema de la salud, que viven la misma crisis que la educación y también los temas medioambientales», dice Camila, que debió hacer un alto en el acto para amamantar a su pequeña hija, Adela.

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De la calle al Congreso: líderes estudiantiles chilenos buscan ser diputados

A poco más de un mes de convertirse en madre primeriza, Camila Vallejo cierra su campaña a diputada por la populosa comuna de La Florida, donde ella creció.

/ 15 de noviembre de 2013 / 20:18

Pasaron de liderar las más masivas manifestaciones estudiantiles de Chile en décadas a pelear por una banca en el Congreso: referentes de esas luchas, como Camila Vallejo o Giorgio Jackson, bregan ahora por convertirse en diputados con altas expectativas de resultar electos.

A poco más de un mes de convertirse en madre primeriza, Camila Vallejo cierra su campaña a diputada por la populosa comuna de La Florida, donde ella creció.

Sube al escenario sonriente, con jeans y su cabello a medio recoger, pero ahora no le habla sólo a estudiantes. Padres, niños y ancianos se congregaron para escuchar a una de las mayores figuras del movimiento estudiantil que en 2011 sacó a miles de personas a las calles, en reclamo de una educación pública, gratuita y de calidad.

En la tarima, Camila, de 25 años y egresada recién de Geografía, llama a todos a votar el domingo y afirma que éste es el «inicio de una nueva primavera, de un nuevo ciclo político en Chile» con la misma convicción con la que llamó a derribar el sistema educativo heredado de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

Vallejo, que saltó a la fama tras presidir la poderosa Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile, postula por el Partido Comunista, que para esta elección se unió al pacto Nueva Mayoría, la coalición de la exmandataria socialista Michelle Bachelet, favorita para ganar la elección presidencial del domingo, que se realiza junto con la parlamentaria.

Su apoyo a Bachelet es visto por algunos como una traición. En enero de 2012, afirmó que «jamás estaría dispuesta a hacer campaña por Bachelet ni llamar a los jóvenes a votar por ella».

Pero ahora la respalda con fuerza. En sus carteles aparece apoyada en su hombro, bajo el lema «juntos vamos al Congreso».

«Es una decisión política que asumimos para poder hacer viable y materializables las demandas de la calle en un futuro gobierno, en un futuro parlamento», explica Vallejo en una entrevista con la AFP.

El Partido Comunista, relegado por años de la primera línea de la política chilena, resolvió tempranamente apoyar a Bachelet, a cambio de asegurar el respaldo a sus candidatos al Parlamento, entre ellos Vallejo, que tiene casi asegurada su elección.

Un camino distinto

El expresidente de la federación de Estudiantes de la Universidad Católica Giorgio Jackson optó por un camino distinto. Formó un movimiento político, Revolución Democrática, y decidió postularse como independiente por la comuna de Santiago, al no lograr un acuerdo con Nueva Mayoría para definir los candidatos de la comuna en primarias.

Pero por expresa petición de Bachelet, el pacto no inscribió competidores en esa comuna, apoyando a Jackson, que a sus 26 años y recién titulado como Ingeniero Civil, tiene también casi asegurada su elección

«No quiero ser un espectador, sino un actor. Y ser un actor es también asumir responsabilidades y poder aprovechar esa responsabilidad», dice Jackson a la AFP, tras reunirse con un grupo de amas de casa y jubiladas en un club social de Santiago, a la mitad de su campaña.

El movimiento que lo apoya, integrado por jóvenes profesionales desconfiados de los partidos políticos tradicionales, resolvió no apoyar a Bachelet aunque en una eventual segunda vuelta Jackson ha señalado que apoyaría a la exmandataria, que ha comprometido una profunda reforma educacional.

De las calles al Congreso

En 2011, Giorgio y Camila lideraron más de 40 multitudinarias marchas por Santiago, haciendo tambalear el gobierno del derechista Sebastián Piñera. Camila deslumbró al mundo por su belleza, la convicción y serenidad para plantear la necesidad de cambios radicales.

Giorgio, por su parte, fue alabado por su templanza pero también por el manejo de cifras y elementos técnicos. Otros dirigentes estudiantiles de esa época, como la comunista Karol Cariola, y los independientes de izquierda Gabriel Boric y Francisco Figueroa postulan también al congreso.

¿Qué aprendieron de la calle?   «Aprendí a desconfiar. Aprendí a organizarme, aprendí a presionar y también aprendí a comunicar algunas cosas. Y a escuchar mucho, eso es lo que uno más hace», dice Jackson a la AFP.

Ahora, desde el Congreso, ambos buscan ser la voz de los estudiantes pero también de otros movimientos sociales que irrumpieron a la par de los estudiantes.

«La educación fue mi leitmotiv para poder ingresar al parlamento, es mi razón, pero ya avanzando en el tema educacional, yo creo que también hay otros temas, el tema de las pensiones, el tema de la salud, que viven la misma crisis que la educación y también los temas medioambientales», dice Camila, que debió hacer un alto en el acto para amamantar a su pequeña hija, Adela.

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Cadena perpetua al asesino del joven gay chileno Daniel Zamudio

Zamudio, de 24 años, murió tras tres semanas de agonía en un hospital de Santiago, a causa de un traumatismo craneoncefálico, en medio de la conmoción de la población chilena por el feroz ataque del que había sido víctima.

/ 28 de octubre de 2013 / 19:32

La Justicia chilena condenó este lunes a cadena perpetua al autor del crimen del gay Daniel Zamudio, Patricio Ahumada, y a penas de entre siete y 15 años a otros tres implicados en el asesinato tras una brutal golpiza.

«Se condena al acusado Patricio Ahumada (…) en calidad de autor de delito calificado de Daniel Zamudio a la pena de presidio perpetuo», dijo la sentencia del Cuarto tribunal oral en lo penal de Santiago.

El 17 de octubre pasado el tribunal había declarado culpables a los cuatro condenados tras establecer su responsabilidad en el brutal ataque a Zamudio por su condición de homosexual en un parque del centro de Santiago en marzo pasado, según estableció la investigación judicial.

Ahumada, que al cabo de 20 años podrá pedir beneficios carcelarios, es sindicado como el líder del grupo que golpeó hasta causarle la muerte a Zamudio, quien agonizó durante tres semanas.

Otros tres miembros del grupo –Alejandro Angulo, Raúl López y Fabián Mora– fueron condenados a entre siete y 15 años de prisión.

«Es una pena ejemplar, se van a pudrir en la cárcel», comentó Iván Zamudio, padre de la víctima, tras conocer la decisión judicial.

La defensa de los condenados cuenta con 10 días para apelar la sentencia.

«Los jueces están comprados, están condenando a un inocente», alegó por su parte el principal inculpado al finalizar la audiencia.

En el fallo se estableció que el grupo actuó con extrema violencia y ensañamiento sobre Zamudio: «Le provocaron cortes en la oreja izquierda y el rostro, dibujaron esvásticas en su tórax, abdomen. Con una piedra fracturaron su pierna con fuerza inusitada y con cigarros encendidos quemaron la piel de la víctima sin que este pudiera defenderse», indicó el fallo.

El tribunal no pudo establecer, sin embargo, que los atacantes fueran parte de un grupo neonazi pese a que dibujaron esvásticas en su cuerpo.

Zamudio, de 24 años, murió tras tres semanas de agonía en un hospital de Santiago, a causa de un traumatismo craneoncefálico, en medio de la conmoción de la población chilena por el feroz ataque del que había sido víctima.

El fallo judicial pone fin a un caso que provocó también repudio en el exterior. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) pidió una investigación para esclarecer la muerte de Zamudio.

El caso urgió al Congreso a acelerar el trámite legislativo de una ley antidiscriminación, promulgada como ‘Ley Zamudio, que dormía en el Congreso desde 2005 y que sanciona con multas que van de los 400 a los 4.000 dólares la «discriminación arbitraria» de raza, religión u orientación sexual, y aumenta las penas para delitos motivados por la discriminación.

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Cadena perpetua al asesino del joven gay chileno Daniel Zamudio

Zamudio, de 24 años, murió tras tres semanas de agonía en un hospital de Santiago, a causa de un traumatismo craneoncefálico, en medio de la conmoción de la población chilena por el feroz ataque del que había sido víctima.

/ 28 de octubre de 2013 / 19:32

La Justicia chilena condenó este lunes a cadena perpetua al autor del crimen del gay Daniel Zamudio, Patricio Ahumada, y a penas de entre siete y 15 años a otros tres implicados en el asesinato tras una brutal golpiza.

«Se condena al acusado Patricio Ahumada (…) en calidad de autor de delito calificado de Daniel Zamudio a la pena de presidio perpetuo», dijo la sentencia del Cuarto tribunal oral en lo penal de Santiago.

El 17 de octubre pasado el tribunal había declarado culpables a los cuatro condenados tras establecer su responsabilidad en el brutal ataque a Zamudio por su condición de homosexual en un parque del centro de Santiago en marzo pasado, según estableció la investigación judicial.

Ahumada, que al cabo de 20 años podrá pedir beneficios carcelarios, es sindicado como el líder del grupo que golpeó hasta causarle la muerte a Zamudio, quien agonizó durante tres semanas.

Otros tres miembros del grupo –Alejandro Angulo, Raúl López y Fabián Mora– fueron condenados a entre siete y 15 años de prisión.

«Es una pena ejemplar, se van a pudrir en la cárcel», comentó Iván Zamudio, padre de la víctima, tras conocer la decisión judicial.

La defensa de los condenados cuenta con 10 días para apelar la sentencia.

«Los jueces están comprados, están condenando a un inocente», alegó por su parte el principal inculpado al finalizar la audiencia.

En el fallo se estableció que el grupo actuó con extrema violencia y ensañamiento sobre Zamudio: «Le provocaron cortes en la oreja izquierda y el rostro, dibujaron esvásticas en su tórax, abdomen. Con una piedra fracturaron su pierna con fuerza inusitada y con cigarros encendidos quemaron la piel de la víctima sin que este pudiera defenderse», indicó el fallo.

El tribunal no pudo establecer, sin embargo, que los atacantes fueran parte de un grupo neonazi pese a que dibujaron esvásticas en su cuerpo.

Zamudio, de 24 años, murió tras tres semanas de agonía en un hospital de Santiago, a causa de un traumatismo craneoncefálico, en medio de la conmoción de la población chilena por el feroz ataque del que había sido víctima.

El fallo judicial pone fin a un caso que provocó también repudio en el exterior. La Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) pidió una investigación para esclarecer la muerte de Zamudio.

El caso urgió al Congreso a acelerar el trámite legislativo de una ley antidiscriminación, promulgada como ‘Ley Zamudio, que dormía en el Congreso desde 2005 y que sanciona con multas que van de los 400 a los 4.000 dólares la «discriminación arbitraria» de raza, religión u orientación sexual, y aumenta las penas para delitos motivados por la discriminación.

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Hace 25 años, Chile le dijo No a Pinochet

Hoy se cumplen 25 años del día en que Chile le dijo No a Pinochet, quien estableció en la Constitución de 1980 un cronograma que sometía a plebiscito la continuidad de su régimen hasta 1997. En caso de perder, debía llamar a elecciones un año después.

/ 3 de octubre de 2013 / 20:19

SI o NO. Los chilenos fueron convocados hace 25 años a decidir el fin o la prolongación por ocho años más del régimen de Augusto Pinochet, en un inédito plebiscito que marcó el inicio del final de su cruenta dictadura.

Veinticinco años después del plebiscito del 5 de octubre de 1988 y consolidada la democracia, los chilenos volverán a las urnas para decidir el próximo 17 de noviembre entre acabar con los últimos vestigios de su dictadura, con la candidatura presidencial de la exmandataria socialista Michelle Bachelet, o la mantenencia del modelo, con la derechista Evelyn Matthei.

Bachelet, amplia favorita, prometió una reforma tributaria, gratuidad en la educación y cambiar la Constitución que en 1980 dictó Pinochet. Matthei, en cambio, afirmó que es «irracional» destruir un sistema que ha hecho destacar a Chile a nivel latinoamericano.

«Estamos hoy ante el desencadenamiento de un nuevo plebiscito sobre si el país quiere continuar con el modelo económico, social y político impuesto por la dictadura, que se expresaba en la opción SI en 1988, o quiere cambiarlo», explicó a la AFP el sociólogo de la Universidad de Chile Manuel Antonio Garretón.

En la Constitución de 1980 Pinochet estableció un cronograma que sometía a plebiscito la continuidad de su régimen hasta 1997. En caso de perder, debía llamar a elecciones un año después.

Las primeras protestas a partir de 1983 daban luces de una creciente oposición a Pinochet, junto al incremento de los cuestionamientos internacionales a una dictadura que acumulaba miles de denuncias de violaciones a los derechos humanos.

Tras fallar otras vías para acabar con el régimen, que incluían la negociación política, la movilización social e incluso un atentado en contra Pinochet, los partidos de izquierda por años proscritos se unieron para derrotar a la dictadura a través de las urnas, usando la misma vía que había sido creada para prolongar el régimen.

Fue una lucha de David contra Goliat. El primer objetivo fue derrotar el miedo y lograr que después de años sin elecciones y represión, los chilenos se inscribieran en los registros electorales, destruidos por la dictadura y que pasaban a ser voluntarios.

«La etapa más complicada fue que tuvimos que convencer a los chilenos a que se inscribieran en los registros», relata a la AFP Patricio Solari, miembro del comité ejecutivo de la campaña del NO.

«Había miedo, desconfianza y una absoluta ausencia de fe en la posibilidad de que el régimen reconociera una derrota», agregó.

Una exitosa campaña publicitaria

Un mes antes se inició una también inédita franja electoral por televisión. En horario estelar, la oposición, agrupada en la Concertación de Partidos por la Democracia, tuvo por primera vez la posibilidad de expresarse en televisión.

Pero en vez de la confrontación y la denuncia, se optó por una campaña alegre, creativa y optimista, para contrarrestar el miedo que aún se mantenía.

«Si hacíamos una campaña tradicional de denuncia reforzaríamos el miedo y el sentimiento de impotencia frente a Pinochet», recordó el sociólogo Eugenio Tironi, director de contenidos de la Campaña del NO.

Bajo el eslogan «Chile, la alegría ya viene», pequeñas imágenes publicitarias, mucho humor y la presencia de figuras vetadas por el régimen, se transmitió a los chilenos que era posible derrotar a la dictadura.

«La franja fue importante porque fue muy ingeniosa, creativa y diferente», relató Solari.

«La campaña le dio seguridad a la gente que aún tenía temor para confirmar emocionalmente una opción que ya se tenía tomada», dice por su parte Garretón, autor del libro «El plebiscito de 1988 y la transición a la democracia».

Torturados y familiares de los miles de desaparecidos aparecieron también por primera vez en televisión, pero sin un ánimo de revancha. «Sin odio, sin violencia. No +. Vote NO», se planteaba en la campaña.

De su lado, la franja del SI partió enfatizando los logros económicos del gobierno de Pinochet pero luego pasó al ataque y a la descalificación directa de los opositores, sin la factura técnica de sus contrincantes.

Un día muy largo

En medio de una gran expectación llegó finalmente la elección, el 5 de octubre de 1988, una jornada extensa por la resistencia de la dictadura a reconocer un resultado adverso.

Pero el alto grado de movilización y un complejo sistema de conteo paralelo le daba seguridad a la oposición.

«Llegamos al 5 de octubre con un grado de movilización ciudadana súper potente, y por tanto, teníamos una gran capacidad de control ciudadano», relata Solari.

A pocas horas de abrirse las urnas gran parte del país estaba sin electricidad. Sin embargo, la gente desbordó desde temprano los locales de votación.

Los primeros cómputos daban como amplío ganador a la opción SI, pero con una cantidad muy pequeña de votos. En los medios opositores, en cambio, se informaba de un extendido triunfo del NO.

Pinochet demoraba la entrega oficial de los resultados. Ya de madrugada, cuando la tensión era máxima, el jefe de la aviación Fernando Matthei reconoció el triunfo del NO, que se impuso por un 56%, frente a un 44% de la opción SI.

Estalló la alegría. La gente reprimida por años salió a celebrar a las calles, con champaña y transformando en pasado el grito que por años se escuchó en las poblaciones: «Y ya cayó…y ya cayó…».

Un año después se realizaron elecciones democráticas y el 11 de marzo de 1990, tras 17 años, finalizó la dictadura de Pinochet.

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