El presidente de EEUU, Barack Obama, urgió a Medio Oriente a concretar la paz en un plazo de un año y dejó abierta la puerta al diálogo con Irán en la controversia nuclear. El debate anual de la Asamblea General de la ONU se inició ayer en Nueva York, donde Obama presentó a los líderes del planeta las prioridades de su política exterior.

Obama dedicó parte de su discurso a Irán y al conflicto entre israelíes y palestinos, que el jefe de la Casa Blanca apuesta ambiciosamente a resolver en un año. La inquietud en torno a la controversia con Irán —cuyo presidente Mahmud Ahmadineyad también participó en el debate— y la posibilidad de una guerra incontrolable planeó sobre muchas de las declaraciones.

«El mundo no puede correr el riesgo de un nuevo conflicto como el de Irak», dijo el canciller brasileño Celso Amorim, que abrió el debate. «A pesar de las sanciones, esperamos que prevalezca la lógica del diálogo y la comprensión». Horas más tarde, Ahmadineyad dijo estar abierto al diálogo y declaró que la propuesta de Brasil y Turquía «sigue siendo válida».

Pero el Presidente iraní provocó la salida de ala de los diplomáticos occidentales al evocar teorías conspirativas sobre los atentados del 11 de septiembre del 2001, aludiendo a un supuesto involucramiento de Estados Unidos.