El presidente de EEUU, Barack Obama, logro la reconciliación de Israel y Turquía, cuyas relaciones eran tensas desde 2010, al final de su histórica visita a Israel y a los Territorios Palestinos y antes de advertir que Siria puede ser un refugio para el extremismo.

En un gesto espectacular, justo antes de la marcha del Presidente de Estados Unidos (EEUU), el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, presentó sus excusas al jefe del gobierno de Turquía, Recep Tayyip Erdogan, por la muerte de nueve turcos durante la toma de una flotilla que iba a Gaza en 2010. Ambos dirigentes acordaron normalizar las relaciones, incluidas las diplomáticas, entre los dos países, según informó Netanyahu.

Obama concluyó este viernes su primera visita a Israel y los Territorios Palestinos con visitas simbólicas a Jerusalén y Belén. Después, almorzó con Netanyahu. Ambos hablaron de “una serie de desafíos de seguridad nacional, así como del proceso de paz con los palestinos”, según un responsable israelí. “El primer ministro insistió en la importancia de la seguridad en este proceso”, subrayó.

Luego, y con respecto a la crisis siria, Obama declaró sentirse “muy inquieto” ante la posibilidad de que Siria (donde el conflicto que enfrenta al régimen de Bashar al Asad y a los rebeldes entró en su tercer año) se convierta en un refugio para el extremismo.

“Estoy muy inquieto porque Siria se convierta en un enclave para el extremismo, ya que los extremistas prosperan en una situación de caos y de vacío de poder”, declaró Obama durante una rueda de prensa en presencia del rey Abdalá II de Jordania, en Ammán.

En diciembre, Washington inscribió en su lista de organizaciones terroristas al Frente Yihadista Al Nosra, uno de los principales grupos de la rebelión, sospechoso de pertenecer a Al Qaeda.