El secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), José Miguel Insulza, que ayer asumió su segundo mandato, advirtió del peligro que representan los gobiernos unipersonales y la falta de separación de poderes para la democracia en América.

«Existen riesgos para la democracia», que son «producto de sus peores falencias (sic)», subrayó Insulza en su discurso ante el Consejo Permanente de la OEA.

El titular de la Organización de Estados Americanos (OEA) afirmó que aunque en general «la democracia progresa en las Américas», todavía queda mucho por hacer y muchos «retrocesos y dificultades» por enfrentar.

Afirmó que la incapacidad de muchos gobiernos de generar un crecimiento económico adecuado, de reducir la pobreza, de gobernar de manera eficiente o de crear y respetar instituciones estables, unida a mayores libertades ciudadanas, crea riesgos.

«Crea condiciones para fenómenos cesaristas en forma de gobierno unipersonal y de falta de separación y balance de poderes o bien permite que reviva el de- safío de las oligarquías, paradójicamente fortalecidas por las desigualdades», apuntó, sin mencionar a ningún país en concreto.

Insulza, criticado a menudo por no hacer suficiente cuando se denuncian atentados contra la democracia en países como Venezuela o Nicaragua, se dirigió a quienes le exigen que tome partido y a aquellos «sectores desplazados de los gobiernos» que le solicitan que aplique la Carta Democrática Interamericana.  La OEA «no está para excluir a nadie y no busca castigar, sino reparar y conciliar», subrayó.

Para Insulza, existe otro riesgo para la democracia que es el narcotráfico y el crimen organizado, como se observa actualmente en Jamaica, donde se han producido disturbios para impedir la extradición de un narcotraficante, afirmó.

Es en todo ese contexto en el que la OEA ha tenido que actuar en una decena de crisis en los últimos años. «Nadie puede en buena fe afirmar que la OEA de estos años ha dejado de tener (…) una actitud conciliadora y unitaria», dijo y luego, refiriéndose a los críticos, afirmó que «los que buscan mostrar una OEA inactiva deben enfrentar la realidad de que siempre está presente».

Tampoco eludió las iniciativas para formar un organismo alternativo o paralelo, sin EEUU y Canadá, y afirmó que la región «está buscando las mejores maneras de actuar en común». Pero también recalcó que la OEA como espacio multilateral del continente americano no es sustituible.

«Un multilateralismo hemisférico es necesario», indicó, en base a principios comunes como los valores fundamentales recogidos en la Carta Democrática Interamericana, el respeto a la no intervención y la convicción de que en la OEA deben caber todos sus miembros.

Refiriéndose a Honduras, aunque sin mencionar a ese país específicamente, dijo que la OEA «debe estar dispuesta siempre a ayudar a corregir los hechos que califica como antidemocráticos y a promover un pronto retorno del país infractor».

Insulza y los países centroamericanos impulsan el retorno de Honduras a la OEA, pero la mayoría de los Estados miembros se opone y exige que antes cumpla su trabajo la Comisión de la Verdad y vuelva al país el ex presidente Manuel Zelaya. 

En declaraciones a los medios de prensa, Insulza dijo que «sería lo más conveniente» analizar estas cuestiones con Honduras ya reincorporado, pero subrayó que no es la opinión «de la mayor parte de los países miembros».