La ONU advirtió ayer, durante la cumbre mundial sobre el cambio climático, del peligro del aumento de las temperaturas en los países menos desarrollados, donde las consecuencias del efecto invernadero son ya una realidad. Los países de América Latina coincidieron en dos pedidos.

Ayer, en la XVIII Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático (COP 18) se dieron a conocer los resultados de un estudio llevado a cabo por la Universidad de la ONU sobre las repercusiones del aumento de la temperatura global en los países más pobres, como Bangladesh, Bután, Gambia, Kenia y Micronesia.

La directora científica de esa institución Koko Warner alertó sobre el aspecto humanitario del cambio climático —que ya se ha hecho notar en los países objeto del estudio — y enumeró las secuelas que la subida de las temperaturas ha ocasionado en cada país.

Bangladesh, indicó, vio aumentar la salinidad de sus aguas, lo que ha provocado que las plantas de arroz tradicionales no crezcan a los ritmos habituales. En Bután cambiaron los patrones de los monzones, mientras Gambia sufre sequías; Kenia, inundaciones; y Micronesia, la erosión en sus costas. Otros países objeto del estudio fueron Etiopía, Burkina Faso, Mozambique y Nepal, que hacen frente a inundaciones y sequías que dificultan la habitabilidad y los cultivos agrícolas.

En otra intervención, la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN) se refirió al gran potencial de los recursos naturales como solución rentable al problema del cambio climático. “Tenemos que darnos cuenta de que la aplicación de las soluciones que ofrece la naturaleza no debe ser a costa de empleos o del crecimiento económico”, manifestó el director de Medio Ambiente de la UICN, Stewart Maginnis.

“Muchos países y comunidades ya utilizan las soluciones ofrecidas por la naturaleza para adaptarse a los efectos devastadores del cambio climático y reducir sus emisiones de gases de efecto invernadero, pero queda mucho por hacer para promover estas soluciones a nivel mundial”, agregó.

Demandas. La COP 18 arrancó ayer en Doha para discutir la extensión del Protocolo de Kioto, que expira este año, y si es necesario otro pacto global de reducción de emisiones que lo sustituya. Es una tarea urgente pero difícil, ya que países como Canadá, Japón y Rusia no están por la extensión de Kioto. La cumbre, que durará hasta el 7 de diciembre, es la primera sobre cambio climático que se celebra en Oriente Medio y la mayor en la historia de Qatar.

América Latina, una de las zonas del mundo más afectada por el cambio climático, lleva a la cumbre de Doha un mensaje unánime de apoyo a las iniciativas para reducir las emisiones de gases y para que los países industrializados asuman su responsabilidad de forma más “ambiciosa”.

De acuerdo con un estudio europeo citado por la Autoridad Nacional del Ambiente de Panamá, el cambio climático es considerado la causa principal de 14 mil condiciones climáticas extremas que dejaron al menos 710 mil muertos entre 1991 y 2010. Además, según un informe del Banco Mundial, si se sigue al “ritmo actual” el planeta se recalentará 4 grados a final del siglo (lo recomendable es que no suba más de 2 grados), lo que provocará extremadas olas de calor y subidas del nivel del mar en algunas zonas de casi un metro.

Bolivia defenderá propuestas

Cónclave

Bolivia defenderá una propuesta que ya presentó en 2011 en Durban (COP 17) para establecer un mecanismo conjunto de adaptación al cambio climático y de mitigación del efecto invernadero. EFE