Oruro teme que los casos de COVID-19 se le vayan de las manos
El viernes 10 de abril, la familia del segundo fallecido por coronavirus propició el entierro de la víctima sin saber de qué murió y en una ceremonia comunitaria.
Oruro ha quedado en situación de grave riesgo debido a una fácil propagación de casos positivos de coronavirus, la falta de reactivos para las pruebas rápidas y, lo que es peor, la indisciplina de sus ciudadanos, que se relajaron en los últimos días ante las restricciones.
Desde la ruptura del silencio epidemiológico de 21 días, con la aparición de un noveno paciente el 10 de abril, y las dos muertes posteriores a causa de la pandemia que en el país se cobró hasta la noche del lunes 354 casos positivos y 28 fallecidos, la situación preocupa en la región.
Si no tomamos medidas entre autoridades y población, “esto se nos puede ir de las manos”, se lamentó este martes el director del Servicio Departamental de Salud (Sedes) de Oruro, Henry Tapia, al comentar con La Razón el incremento de casos positivos al doble en pocos días.
Oruro reportó este día un total de 27 casos positivos, 13 más que la jornada anterior. El funcionario departamental explicó que los nuevos casos resultaron de las pruebas de 69 personas sospechosas que el domingo envío el Sedes a La Paz.
De los 13 nuevos pacientes, nueve corresponden a la ciudad capital y cuatro, al área rural, todos entre 18 y 59 años de edad.
Con la muerte de una persona de 57 años, cuyo entierro fue el viernes 10 en un “ambiente normal”, el pueblo de Eucaliptus, en la provincia Tomás Barrón y a dos horas al norte de la ciudad, está en la mira de las autoridades como un foco de infección.
Tapia contó que ese caso de muerte fue reportado después del hecho, cuando la familia requirió el certificado médico. “Las familias no ayudan, mienten con la información y no dicen la verdad sobre los casos”, reclamó.
El hallazgo de los 69 sospechosos ocurrió debido a una batida de los contactos de los últimos casos hasta el lunes y del fallecido del Hospital Obrero de Oruro, un hombre de 45 años del que se supo que viajó a su comunidad, Sevaruyo, a la cosecha de papa y quinua.
Tapia informó que ahora esas personas están en aislamiento domiciliario y bajo vigilancia del personal de salud.
Sin embargo, se quejó del comportamiento de la población urbana y rural. “En las provincias la gente camina como en día normal”, y eso no ayuda, dijo.
Otro problema que enfrenta Oruro es la toma rápida de muestras; todavía tiene que mandar los test a La Paz para una repuesta en 48 horas.
Tapia reclamó que no haya suficientes reactivos. “Estamos en la fila para que el Gobierno nos dote de reactivos” para completar nuestro laboratorio, afirmó.
Desde hace una semana el departamento cuenta con un equipo de laboratorio y hasta el fin de semana tendrá un ambiente para instalarlo en el Hospital General.
Por el momento tiene seis camas bien equipadas para terapia intensiva en el nosocomio. Se espera que sean 21, de acuerdo con el compromiso de las autoridades del Ministerio de Salud y dela Organización Mundial de la Salud (OMS) y de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Se prevé que este miércoles salgan del aislamiento 25 personas en cuarentena en el campo ferial.
El 10 de marzo, Oruro reportó el primer caso de coronavirus, una mujer de 65 años a finales de febrero retornó de Italia y luego contagió a otras ocho personas, siete en Oruro y una en Cochabamba.
Oruro se mantuvo con ocho casos entre el 19 de marzo y el 10 de abril, un silencio epidemiológico que fue destacado en el país y en el exterior. (14/04/2020)