El príncipe Enrique de Inglaterra, hijo del príncipe Carlos, heredero del trono británico, fue criticado ayer por pacifistas tras revelar que, durante su estancia en Afganistán como piloto de combate, disparó contra talibanes y sugerir que posiblemente mató a algunos.
Las declaraciones del nieto de la reina Isabel II, publicadas tras anunciarse el fin de su misión de cuatro meses en Afganistán, fueron calificadas de «arrogantes» por asociaciones pacifistas mientras la prensa alabó su valentía en combate.
La coordinadora de la coalición «Stop The War» (Alto a la guerra), Lindsey German, dijo ayer que los comentarios del príncipe Enrique, de 28 años, son «estúpidos» y «arrogantes», y se preguntó «cómo sabe si a quienes mató eran realmente talibanes».