Naciones Unidas decidió ayer retirar a su personal de Trípoli tras los violentos ataques perpetrados contra sus edificios, y los de algunas embajadas, en respuesta a la supuesta muerte del sexto hijo de Muamar  Gadafi y tres de sus nietos.

«La ONU se está preparando para abandonar Trípoli», ha anunciado Stephanie Bunker, portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de Naciones Unidas (OCHA, por sus siglas en inglés). «Aparentemente ha habido disturbios en Trípoli y ellos (el personal de Naciones Unidas en la ciudad) han decidido irse». La decisión no afecta al personal local de la organización. Según cuenta la BBC, algunos edificios de Naciones Unidas fueron objetivo de grupos pro-Gadafi enfadados por el último bombardeo de la OTAN.

De los disturbios de este domingo (la televisión libia hizo eco del ataque contra la residencia de Saif el Arab Gadafi) tampoco se han librado los edificios de algunas embajadas como las de Reino Unido o Italia. «La Convención de Viena exige que Gadafi proteja a las misiones diplomáticas en Trípoli. Al no hacerlo, el régimen ha incumplido de nuevo con sus responsabilidades y obligaciones internacionales», ha señalado en un comunicado el responsable británico de Exteriores, William Hague. Reino Unido, que sacó a su embajador de Trípoli al principio del conflicto pero mantuvo a un pequeño número de empleados, ha dado 24 horas al embajador libio para abandonar el territorio británico.

«Todavía puedo ver humo saliendo de la Embajada (de Italia)», ha relatado un testigo a Reuters. «No hay nadie ahora, sólo un coche de seguridad para impedir que llegue gente», ha añadido en conversación telefónica desde Trípoli. El incendio de su embajada ha provocado la condena por parte de Italia, antigua potencia colonial y último país que se ha unido a los bombardeos de la operación militar comandada por la OTAN.

Mientras, la OTAN ha retomado las operaciones militares en Libia. Un portavoz de los rebeldes ha asegurado que la Alianza ha bombardeado este domingo las fuerzas gadafistas que asedian la ciudad de Zintan, al suroeste de la capital. Las batallas entre el Ejército del dictador y los rebeldes también han continuado en Misrata, tercera ciudad del país y gran bastión de la revuelta en la parte occidental del país (dominada ampliamente por Gadafi a diferencia del este). Otro portavoz rebelde ha descrito a Reuters «fuertes combates» en el aeropuerto de Misrata, controlado por los leales al líder libio.

También en Misrata, el régimen ha anunciado un ataque de sus militares sobre el puerto. La televisión estatal libia ha afirmado que la ofensiva tiene como objetivo impedir que las «bandas armadas criminales» reciban armamento.

Efectos legales del ataque

Problemas
De confirmarse, la muerte de Saif el Arab podría tener consecuencias legales. A principios de la semana el embajador de Estados Unidos para Libia, Gene Cretz, reconoció que las leyes estadounidenses sancionarían cualquier intento de atacar a Gadafi.