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Piñera endurece el tono frente a protestas que siguen en expansión en Chile

Las protestas arrancaron el viernes 18 de octubre y se saldan con 20 muertos. La policía informó que ha arrestado a unas 10.000 personas por desórdenes y la institución enfrenta varias denuncias por apremios ilegítimos.

/ 7 de noviembre de 2019 / 22:51

El presidente Sebastián Piñera endureció el tono este jueves al anunciar una serie de medidas de control del orden público y reunir al Consejo de Seguridad Nacional para hacer frente a las protestas sociales que siguien haciéndose sentir en varios puntos de Chile.

Tras casi tres semanas de un estallido inédito en Chile desde el retorno a la democracia en 1990, los camioneros bloquearon rutas y hubo manifestaciones en distintos sectores de Santiago y otras ciudades, incluidos los barrios más acomodados de la capital, como Providencia, donde se registraron saqueos, incendios y enfrentamientos con la policía, aunque de menor envergadura a los de la jornada anterior.

Para el viernes, en un intento de seguir midiendo fuerza, hay llamados a concentrarse de tarde en varios puntos de Santiago y nuevamente en la céntrica Plaza Italia, donde hace dos semanas se congregaron más de 1,2 millones de personas, en la más multitudinaria manifestación en décadas en Chile.

La extensión de las protestas, con saqueos e incendios también en barrios periféricos y ruidosos "cacerolazos" por la noche, llevaron a Piñera a endurecer el tono para enfrentar la protesta social, con una batería de anuncios, como una ley "antisaqueos" y otra para sancionar las barricadas, además de convocar al Consejo de Seguridad Nacional (Cosena), un organismo actualmente solo de carácter consultivo que fue todopoderoso en dictadura.

"Esta sesión del Consejo sirve para fortalecer quizás el deber más importante que tiene el Estado y todas las instituciones que forman parte de él, que es garantizar la seguridad y el orden público para que las personas puedan ejercer sus garantías fundamentales y sus libertades", dijo al final del encuentro en el palacio presidencial el ministro del Interior, Gonzalo Blumel.

Más temprano, al detallar sus nuevos anuncios de seguridad, Piñera afirmó: "Estamos convencidos que esta agenda representa y constituye un aporte significativo e importante para mejorar nuestra capacidad de resguardar el orden público".

Las protestas arrancaron el viernes 18 de octubre y se saldan con 20 muertos. La policía informó que ha arrestado a unas 10.000 personas por desórdenes y la institución enfrenta varias denuncias por apremios ilegítimos.

En sus anuncios, que incluyeron también la creación de un equipo especial para perseguir a quienes cometan desórdenes, un estatuto para la protección de policías y la modernización del sistema de inteligencia, el mandatario dejó fuera nuevas propuestas sociales y políticas, lo que despertó fuertes críticas en la oposición.

"Es apagar el fuego con bencina (gasolina). El problema es político y eso tiene que entender el presidente", lanzó el senador de la Democracia Cristiana Francisco Huenchumilla.

"La convocatoria del Cosena es la peor señal que se puede dar a la ciudadanía que exige un cambio pacífico. Favorece el protagonismo de los grupos minoritarios violentos, que buscan la confrontación", estimó por su parte el senador del Partido Socialista José Miguel Insulza.

Tour al "oasis"

Este jueves otra convocatoria por redes sociales llamaba a hacer un "gran tour al oasis" y llegar hasta la rica comuna de Las Condes, una zona de Santiago con los metros cuadrados más caros de Chile, pero hasta donde finalmente no llegaron. Pocos días antes del inicio de las protestas, Piñera había considerado a Chile como "un oasis" en América Latina.

Empleados públicos de Salud, que reclaman desde hace años mejores sueldos y más recursos para la atención primaria, donde se atiende el 80% de los chilenos, lograron llegar temprano hasta la sede de la oficina regional de la Organización Mundial de la Salud (OMS), en Vitacura, en un sector exclusivo de residencias y sedes de organismos internacionales, embajadas y comercio de lujo.

Representantes del Colegio Médico, estudiantes y funcionarios de consultorios públicos, le exigieron a la OMS "pronunciarse por las violaciones a los Derechos Humanos y las muertes que han ocurrido en Chile" durante el estallido social.

El estallido social impacta con fuerza a la economía chilena, sobre todo al peso, que alcanza su menor valor en 16 años, junto a las actividades del comercio y el turismo, que durante estas tres semanas han sufrido la cancelación de tres eventos de relevancia: el encuentro de líderes del foro APEC, la cumbre del cambio climático COP-25 y la final única de la Copa Libertadores de América.

"La economía es un desastre. Este trimestre vamos a tener crecimiento negativo sin ningún lugar a dudas, y el dólar va a subir mucho más. Entonces es un cuadro muy complicado y a mí me tiene muy pesimista", aseguró este jueves el destacado economista Sebastián Edwards, profesor de la Universidad de California en Los Ángeles (UCLA), en entrevista con Tele13 Radio.

En este escenario, los organizadores de la popular campaña Teletón, que recauda dinero para niños con discapacidad, dijeron que fue postergada hasta abril de 2020. (07/11/2019)

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Más de 20% del electorado en Chile vota en primera jornada para cambiar Constitución

El servicio electoral reportó que participaron más de tres millones de personas este sábado, que corresponde al 20,44% de los 14,9 millones de electores que están convocados a votar

/ 15 de mayo de 2021 / 21:35

Más de tres millones de chilenos, 20% del electorado, votó el sábado en la primera jornada de una elección considerada la más importante en democracia, en la que se elegirán las 155 personas que redactarán una nueva Constitución para enterrar la heredada de la dictadura de Augusto Pinochet.

«El proceso electoral se ha desarrollado exitosamente», dijo el presidente del Consejo Directivo del Servicio Electoral (Servel), Andrés Tagle, en una rueda de prensa tras el cierre de este primer día de votación que continuará el domingo desde las 08H00 de la mañana hasta las 06.00 de la tarde (12.00 – 22.00 GMT).

El servicio electoral reportó que participaron más de tres millones de personas este sábado, que corresponde al 20,44% de los 14,9 millones de electores que están convocados a votar de manera voluntaria para elegir las 155 personas que redactarán la nueva Constitución, alcaldes, concejales, y por primera vez gobernadores regionales.

Desde la tarde se registró una gran movilización de votantes en las principales ciudades del país, que expresaban su expectativas ante el proceso que se abre para salir de un largo periodo de convulsión social en una sociedad desigual y fracturada.

«Espero que tengamos una Constitución que recoja el alma de nuestro país», dijo el presidente conservador, Sebastián Piñera, tras votar en Santiago.

Las autoridades decidieron una elección de 48 horas por la pandemia, que obligó aplazar la cita prevista inicialmente para el 11 de abril.

Durante la noche, las urnas serán resguardadas en los locales electorales y custodiadas por la Policía y las Fuerzas Armadas.Temor y esperanza – Con esta elección, Chile comienza un inédito proceso constituyente que genera esperanza y también temor entre la población.

«Va a permitir a Chile de alguna manera reconciliarnos y dejar el pasado atrás. Ha costado tanto hacerlo y hay muchas heridas todavía no cerradas», dice Lilian Lavanchez, de 65 años, una asistente social que tenía 17 años cuando ocurrió el golpe militar de Augusto Pinochet.

Pero a Valentina González, de 45 años, le «da mucho miedo que se cambie por una Constitución izquierdista y tirada para el marxismo».

«Es algo muy serio de lo que va a depender el país. Me tiene bastante preocupada y ojalá que lo que se redacte cambie lo menos posible la Constitución actual, que creo que nos ha llevado a ser el país con mejor economía de Latinoamérica y bastante desarrollo en los últimos 30 años», afirma.

La nueva Constitución debe estar terminada en un plazo de nueve meses, prorrogable una sola vez por otros tres meses, y en 2022 deberá ser aprobada o rechazada en un referéndum con voto obligatorio.

«Segunda transición»

Esta elección es el resultado del plebiscito del 25 de octubre de 2020, cuando casi el 80% de los electores aprobó cambiar la Constitución heredada de la dictadura a través de una Convención Constitucional integrada sólo por miembros electos por voto popular.

La votación busca canalizar la rabia y frustración de una sociedad que ve en la antigua Carta Magna la base que beneficia a una élite económica y política con un Estado débil en educación, salud y vivienda.

«Chile se juega la posibilidad de hacer la segunda transición (política), que ha demorado tres décadas, por una tendencia muy fuerte al statu quo del sistema de partidos», dice a la AFP Marcelo Mella, politólogo de la Universidad de Santiago.

Este proceso con 1.373 candidatos marcará, además, la primera vez en el mundo en que una Constitución se escriba por constituyentes elegidos de forma paritaria y también hará historia al reservar 17 escaños para los 10 pueblos originarios.

Pese a los estragos causados por la pandemia, que deja más de 1,2 millones de casos y casi 30.000 muertos en el país, Chile ya vacunó a 49,3% de la población objetivo y llega a esta elección en un contexto de optimismo por el auge en el precio del cobre, su principal producto de exportación.

El país, que cuenta con la mayor renta per cápita de América Latina y es el tercero con más multimillonarios en esa región, «se juega una oportunidad para institucionalizar las demandas que surgen del estallido (social) como las que aparecen con fuerza a propósito de los costos de la crisis sanitaria», agrega Mella.

Difíciles pronósticos

Sin encuesta y con restricciones para las campañas electorales por la pandemia, «existen bastante interrogantes sobre el resultado (…) No sabemos a ciencia cierta cuánta gente votará», dice a la AFP Claudio Fuentes, académico de la escuela de Ciencias Políticas de la Universidad Diego Portales.

Para Gonzalo Müller, profesor de la facultad de gobierno de la Universidad de Desarrollo, «el voto moderado será mayoritario» frente a las opciones más radicales.

«Las coaliciones que ofrecen gobernabilidad van a capturar gran parte de la votación», beneficiando con un «segundo aire» a la centroizquierda y a la coalición del gobierno.

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La encrucijada diplomática de Chile

“Chile debe salirse del Pacto de Bogotá. Algún día Bolivia podría reclamar la restitución de Calama”, advirtió Ricardo Israel, analista internacional y abogado de la Univer-sidad de Chile.

/ 11 de abril de 2016 / 04:00

La nueva arremetida internacional de Bolivia por las aguas del Silala volvió a poner a Chile en una encrucijada diplomática: retirarse o no del Pacto de Bogotá que le da jurisdicción a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) de La Haya, Países Bajos.

Firmado en 1948, el Pacto de Bogotá o Tratado Americano de Solución Pacífica de Controversias deriva a la Corte Internacional de Justicia de La Haya (CIJ), el máximo órgano de justicia de las Naciones Unidas, la resolución de conflictos bilaterales sobre interpretación de tratados o cualquier cuestión relativa al derecho internacional.

En enero de 2014, el tribunal modificó la frontera marítima chilena tras una demanda presentada por Perú y ahora analiza un requerimiento presentado por Bolivia que pide negociar con Chile la restitución de una salida soberana al mar que Bolivia perdió en la Guerra del Pacífico, librada entre ambos países a fines del siglo XIX, a la que se agregaría la eventual nueva demanda boliviana por las aguas del Silala.

“Lo que hay siempre es disposición a conversar sobre lo que es mejor para nuestro país”, aseguró esta semana el canciller chileno Heraldo Muñoz. “Pero hoy en día”, añadió, retirarse del Pacto de Bogotá “no es el tema, porque no afecta de ninguna manera lo que está en La Haya ni lo que pueda venir en un año”, afirmó.

Pero Miguel Schweitzer, uno de sus antecesores en el cargo, afirmó que retirarse del pacto “es un punto que está siendo analizado en la Cancillería desde el fallo recaído en la demanda de Perú”.
En caso de retiro, el tribunal puede recibir demandas en contra del país hasta un año después.

“Chile debe salirse del Pacto de Bogotá. Algún día Bolivia podría reclamar la restitución de Calama”, advirtió a la agencia de noticias AFP Ricardo Israel, analista internacional y abogado de la Universidad de Chile, sobre el eventual reclamo por uno de los territorios que hoy conforman el norte de Chile y que Bolivia perdió en la guerra a fines del siglo XIX.

“Hay demasiada ingenuidad y arrogancia en la Cancillería chilena”, agrega el analista, sobre la decisión hasta ahora de mantenerse en este articulado diplomático a riesgo de enfrentar nuevas demandas de sus países vecinos, como la de las aguas del Silala, que Bolivia considera fueron canalizadas ilegalmente por Chile.

A nivel interno, la oposición de derecha lidera las voces que exigen al Gobierno marginarse del pacto, al tiempo que un 62% de los chilenos cree que Chile debe retirarse de este convenio, de acuerdo con un reciente sondeo.

“Somos los chilenos los que hemos sufrido las decisiones de La Haya”, dijo el senador de la conservadora Unión Demócrata Independiente (UDI) Juan Antonio Coloma, agregando que la Corte de La Haya “hace mucho rato que no falla en derecho, sino que por razones políticas”. “¿Cuál es el sentido de que nos sigan demandando?”, se preguntó el legislador.

Una postura que matiza el presidente del Senado chileno, el socialista Ricardo Lagos Weber: “Puede que no siempre los organismos internacionales me encuentren razón o que no hagan las cosas como corresponde, pero de ahí, si yo me retiro ¿qué otras organizaciones hay entonces?”, afirmó en un reciente encuentro con corresponsales extranjeros.

En la región, otros países ya optaron por salirse del tratado. Colombia denunció un fallo desfavorable de la CIJ de septiembre de 2012 en un litigio marítimo con Nicaragua. Pese a esta decisión, Nicaragua volvió a plantear una demanda contra Colombia, de la que el alto tribunal se acaba de declarar competente para tratar. Y ante este nuevo revés, el presidente colombiano Juan Manuel Santos anunció a mediados de marzo que su país dejará de comparecer ante el tribunal internacional y que optará por resolver la disputa con Nicaragua por la vía diplomática. No obstante, la CIJ seguirá adelante con el juicio sin la presencia de Colombia.

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China escoge a Chile como su plataforma financiera para América Latina

El anuncio fue realizado este lunes durante una visita oficial a Santiago del primer ministro de China, Li Keqiang, al cierre de una gira latinoamericana que incluyó un paso previo por Brasil, Colombia y Perú.

/ 25 de mayo de 2015 / 21:12

China escogió a Chile como su plataforma financiera para expandir su moneda en América Latina, en su búsqueda por incrementar su cooperación e inversiones en toda la región.

El anuncio fue realizado este lunes durante una visita oficial a Santiago del primer ministro de China, Li Keqiang, al cierre de una gira latinoamericana que incluyó un paso previo por Brasil, Colombia y Perú.

«Esperamos que nuestra cooperación Chile y China en materia financiera pueda contribuir a la cooperación industrial y de inversiones entre China y toda la América Latina», dijo Li, en una declaración de prensa tras reunirse con la presidenta chilena Michelle Bachelet.

En concreto, Li anunció el establecimiento en Chile del primer banco de liquidación en Renminbi (RMB o yuan) en Sudamérica.

De acuerdo al canciller chileno, Heraldo Muñoz, el banco chino tendrá una inversión inicial de 189 millones de dólares.

«La idea es que haya una globalización de la moneda china y la globalización de la moneda china requiere de ciertas plataformas», dijo Muñoz.

Efectuar pagos en RMB o yuan directamente en Chile permitirá reducir los costos de transacción de las operaciones de financiamiento y pagos de comercio exterior, y servicios financieros en general, potenciando el uso de la moneda china en el comercio.

Antes, los Bancos Centrales de Chile y China firmaron un acuerdo sobre el uso de swap (transacciones de moneda a futuro) de sus monedas locales, que considera un monto máximo de 22.000 millones de yuanes o (unos 3.600 millones de de dólares).

Adicionalmente, China anunció un aporte de 50.000 millones de yuanes (unos 8.000 millones de dólares) para que inversionistas institucionales extranjeros puedan invertir directamente en el mercado de valores de ese país.

«Chile se va a transformar en un centro financiero para China para la liquidación de sus monedas», resumió el canciller chileno.

El diplomático destacó, además, que ambos países acordaron explorar la profundización del TLC bilateral que rige desde 2006 y que cubre el 97% del comercio entre Chile y China.

América Latina en la mira de China

Con su visita a Santiago el premier Li cierra una gira por América Latina, destinada a aumentar la presencia del gigante asiático en la región.

China es el segundo principal origen de las importaciones de la región (16% del total) y el tercer principal destino de sus exportaciones (9% del total), según cifras difundidas este lunes por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal).

De América Latina, China compra fundamentalmente materias primas.

No obstante, la Cepal prevé que producto del abaratamiento de las materias primas y la moderación de la expansión de la economía china «el comercio bilateral no seguirá expandiéndose a tasas tan elevadas como las observadas en la última década y media».

En este proceso se enmarcan los anuncios que el premier chino realizó en su visita a Brasil, donde comunicó iniciativas de inversión por unos 53.000 millones de dólares, entre ellos un corredor hacia el Pacífico, que atravesaría parte de la Amazonia.

China es el principal destino de las exportaciones chilenas (con un 24% del total, en su mayoría cobre), con un comercio bilateral que alcanza los 34.000 millones de dólares.

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La monumental obra inutilizada por roces políticos

Casi 20 días después de que Bolivia presentara la demanda contra Chile en la Corte de La Haya, el Gobierno trasandino organizó una celebración por los 100 años del tren Arica-La Paz, inutilizado hace varios años

/ 19 de mayo de 2013 / 04:04

Construido hace 100 años por Chile como parte del tratado que puso fin a la Guerra del Pacífico con Perú y Bolivia, el ferrocarril Arica-La Paz es una obra monumental de ingeniería, inutilizada por el conflicto territorial que enfrenta aún a Chile y Bolivia.

El ferrocarril, de 440 kilómetros de extensión, conmemoró el lunes su centenario, mientras los dos países se preparan para un juicio en la Corte Internacional de Justicia (CIJ) en La Haya con el que La Paz intenta recuperar el acceso al mar que perdió en el enfrentamiento armado.

Desde el territorio chileno, el tren parte a orillas del Pacífico, junto al puerto de Arica, atraviesa siete túneles en los que se interna por sectores desérticos y ricos valles, y se eleva por sobre los 4.265 metros sobre el nivel del mar en la Cordillera de los Andes al adentrarse en Bolivia. En 2005, la sección chilena del ferrocarril quedó inhabilitada por los aluviones ocasionados por lluvias estivales y la quiebra de la empresa privada que la administraba.

Con una inversión de 45 millones de dólares y dos años de trabajo, el ferrocarril fue nuevamente habilitado este año, en plena disputa diplomática entre ambas naciones, aunque aún no funciona de manera permanente. “El ferrocarril no tiene una actividad permanente. Desde enero ha habido sólo viajes de prueba”, dice a la AFP el historiador Hermann Mondaca, quien reside en la ciudad de Arica, a unos 2.000 kilómetros al norte de Santiago.

“Tampoco se conoce una instalación o una licitación para un tránsito permanente. No hay nada que esté claro o funcionando”, agrega.  El funcionamiento del ferrocarril es motivo de controversia entre Chile y Bolivia, y se estima será parte de las argumentaciones que ambos países llevarán ante la CIJ.

A fines de enero, en el marco de una sesión plenaria de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) y un áspero diálogo, el presidente Evo Morales conminó al presidente chileno Sebastián Piñera a recorrer el ferrocarril. El Mandatario trasandino aceptó el emplazamiento. Finalmente el lunes, éste, sin su colega boliviano, recorrió parte del trayecto de 205 kilómetros que se extiende por territorio chileno para demostrar su operatividad y rehabilitación.

“El presidente (boliviano Evo) Morales planteaba que este ferrocarril no estaba operativo”, dijo Piñera desde Arica (norte). El gobernante expresó su “satisfacción por demostrar a los chilenos, a los bolivianos y al mundo entero” la operatividad de la parte chilena de la vía férrea, que reinauguró en su centenario.

Si bien el Primer Mandatario chileno reiteró su voluntad de mejorar los lazos e integración con Bolivia, Piñera pidió a Morales que respete el Tratado de 1904, que puso fin al conflicto bélico que enfrentó a ambos países, y que, según el Jefe de La Moneda, Chile ha cumplido.

Vencedor de la Guerra del Pacífico entre 1879 y 1884, aquel país se comprometió a construir un ferrocarril que uniera la que tras la guerra se constituyó en la ciudad chilena de Arica (antes peruana) y La Paz, como parte de sus compensaciones por los 400 kilómetros de costa y 120.000 km2 de territorio boliviano que anexó.

El artículo 3 del acuerdo señala que la construcción del ferrocarril tiene por fin “estrechar las relaciones políticas y comerciales de ambas repúblicas”. En la práctica, el tren buscó suplir la salida al mar que Bolivia perdió. Pero Bolivia siguió reclamando una salida soberana al mar, en infructuosos diálogos con distintos gobiernos chilenos que mantienen rotas las relaciones diplomáticas entre ambos países desde 1978.

El 24 de abril, Bolivia demandó a Chile ante la Corte Internacional de Justicia para que sea obligado a negociar una salida soberana al Pacífico.   El cumplimiento por parte de Chile de las obligaciones que surgen del Tratado de 1904 —entre ellas el funcionamiento del tren— será central durante la presentación del caso en La Haya.

Un recurso desaprovechado

La construcción del ferrocarril tardó unos siete años y por la complejidad de las obras varias empresas se adjudicaron los trabajos y luego abandonaron el proyecto. Según datos del Gobierno chileno, su construcción tuvo un costo total de más de 315 millones de dólares. En su momento de máximo esplendor, el ferrocarril llegó a transportar hasta 330.000 toneladas de carga anuales (minerales y trigo) y se convirtió en una importante fuente de conexión para pequeños pueblos que se levantaron a lo largo de la vía.

Hasta 2005, el ferrocarril funcionó regularmente. Nueve años antes había dejado de transportar pasajeros en viajes esporádicos que tardaban unas 20 horas. Pero las tensiones entre Chile y Bolivia han impedido sacarle un mayor partido. “Éste es un recurso absolutamente desaprovechado, sin ninguna mirada prospectiva”, dice Mondaca.

Su fenomenal trazado le otorga un potencial turístico insospechado y podría constituirse además en un punto central de integración regional, en paralelo o en conjunto con la iniciativa de la ruta bioceánica, una carretera de 4.700 kilómetros que une puertos del Atlántico y el Pacífico, y ciudades de Brasil, Bolivia, Chile y Perú. “Se podrían comprar locomotoras modernas y servir potencialmente para el turismo de los dos países”, ejemplifica este historiador.

“Podría también unirse al proyecto de corredor bioceánico. Desde esa perspectiva, podría ser un tren proyectado hacia Brasil, pero el Estado chileno no ha tenido ninguna política en ese sentido”, agrega Mondaca.

El historiador del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad Arturo Prat Sergio González coincide en resaltar su desaprovechado valor turístico. “Un tren de esa naturaleza podría tener un valor turístico enorme, pero eso habría que saber explotarlo”, dice a la AFP. Nostálgicos y antiguos pobladores de los pequeños pueblos aledaños, añoran hoy también el regreso del tren.

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