La salida de Grecia de la eurozona tendría para el contribuyente europeo un coste de 276 mil millones de euros, en el supuesto de que no pudiese abonar sus deudas, según cálculos difundidos ayer por el semanario económico germano Wirtschaftswoche.

Esa cantidad equivale a la suma de los créditos bilaterales recibidos de otros países miembros de la Unión Monetaria, los créditos del Fondo Europeo de Estabilización Financiera, la parte europea de los créditos del Fondo Monetario Internacional y las pérdidas del Banco Central Europeo.
En el caso tan solo de Alemania, los contribuyentes germanos perderían 77 mil millones de euros como consecuencia del abandono de la Unión Monetaria y la moneda única por parte del Estado heleno, que, según los expertos consultados, traería consigo su declaración de quiebra.

El semanario señala que, pese a todo, no habría que dar por perdidos todos los créditos, ya que podría realizarse un corte a la deuda griega para limitar las pérdidas. Sin embargo, añade que resultan incalculables las pérdidas derivadas del eventual abandono del euro por Grecia para el sector privado, es decir, las empresas y bancos helenos, sus clientes, socios comerciales y acreedores.

En Grecia, el presidente Carolos Papulias, emprendió el último intento para formar un gobierno dentro del fragmentado panorama político y anunció que hoy se reunirá con líderes de los partidos parlamentarios para tratar de convencerles de formar una alianza que evite nuevas elecciones.

El líder del partido socialdemócrata Pasok, Evangelos Venizelos, renunció ayer a intentar formar Gobierno, sumándose así a Nueva Democracia y Syriza, tras las elecciones del domingo.