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¿Por qué Piñera no logra aplacar la crisis?

Piñera ha intentado contener la crisis con una serie de medidas sociales -que incluyeron un aumento a la pensión básica y congelamiento de tarifas a servicios públicos- anunciadas en el clímax del estallido social la semana pasada.

/ 29 de octubre de 2019 / 17:19

El mandatario Sebastián Piñera no logra aplacar las masivas y violentas protestas en Chile que estallaron hace 11 días y se saldan con 20 muertos pese a que hizo concesiones impensables hasta hace pocas semanas, de acuerdo con analistas.

Piñera ha intentado contener la crisis con una serie de medidas sociales -que incluyeron un aumento a la pensión básica y congelamiento de tarifas a servicios públicos- anunciadas en el clímax del estallido social la semana pasada.

Nada de eso era parte de su programa de gobierno y tampoco ha podido frenar los reclamos en pos de profundas reformas al sistema económico chileno que se mantienen como herencia de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

Mala evaluación inicial

Las protestas estallaron hace dos semanas con un masivo llamado de estudiantes secundarios a evadir el pasaje del metro en rechazo al alza de su valor. El gobierno decidió mantener el incremento y los amenazó con aplicar una severa ley de seguridad interior del Estado.

"Se hizo una inadecuada lectura de lo que efectivamente pasaba en Chile y se confundió, primero, este estallido social con un estallido generacional. Es decir, acá solamente se estaba manifestando una generación que no había vivido el golpe de Estado", dice a la AFP el politólogo de la Universidad de Talca, Mauricio Morales.

Detrás de esa mala evaluación está el hecho de que Piñera se empecinó en cumplir el programa de gobierno que lo llevó a ganar la elección -con un 54% de los votos pero con una altísima abstención (del 60%)-, sin escuchar las demandas sociales, dice por su parte Claudio Fuentes, académico de la Universidad Diego Portales.

"El gobierno venía desde hace bastante tiempo planteando que ellos estaban ahí para cumplir con su programa y no se movían de esa posición en temas estratégicos", dice Fuentes.

Escalar el conflicto

Cuando la situación comenzó a desbordarse, con ataques incendiarios a decenas de estaciones de metro y extendidos saqueos, Piñera afirmó que el país enfrentaba "una guerra".

Decreta entonces el estado de emergencia, lo que implicó la salida de miles de militares a las calles, en un país todavía traumatizado por la experiencia de la dictadura de 17 años de Augusto Pinochet.

"El estado de excepción lo que hizo fue escalar el conflicto rápidamente, generando un problema mayor porque ya no es solo la demanda social sino que también eventuales violaciones a los derechos humanos", agrega Fuentes.

Medidas acotadas

Luego, Piñera pide disculpas y dice haber escuchado el "mensaje" del pueblo, presentando un paquete de medidas, que incluyó entre otras cosas un aumento de las pensiones básicas y una rebaja en las tarifas públicas.

"Esas propuestas no le hicieron ni cosquillas al movimiento ciudadano", dice Mauricio Morales.

"Son totalmente insuficientes, porque son muy acotadas ni apuntan al fondo del asunto", afirma de su lado, Claudio Fuentes, frente a los reclamos de profundas reformas a los sistemas de pensiones, de salud y de educación.

Cambio de gabinete tardío

Después de 10 días de protestas, Piñera cambió a ocho de sus 24 ministros, entre ellos su cercano y cuestionado jefe de gabinete Andrés Chadwick, apostando por una nueva generación de políticos más jóvenes y de una derecha más social. Pero mantuvo a otros ministros fuertemente criticados por la ciudadanía.

"La decisión estuvo a la altura: el mandatario movió el eje de administración hacia el centro", plantea el politólogo Max Colodro en un columna en el diario La Tercera.

Aunque tardío, "ha sido hasta ahora su único acierto, porque representa un cambio generacional", plantea Mauricio Morales, mientras que para Claudio Fuentes el nuevo equipo de ministros es "un cambio de tono".

Acorralado por las masivas protestas y con la menor popularidad que registra un mandatario en democracia (14%), Piñera debería "llamar a un gran pacto tributario", que permita subir el sueldo mínimo -hoy de 301.000 pesos (418 dólares) y aumentar nuevamente las pensiones, plantea Mauricio Morales. (29/10/2019)

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Chile cita a embajador de Brasil en protesta por dichos de Bolsonaro contra Boric

La reacción respondió a las palabras de Bolsonaro durante el tenso debate electoral que mantuvo la noche del domingo con el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva

Bolsonaro y Boric. (Foto: Composición de AFP)

/ 29 de agosto de 2022 / 21:17

Chile citó este lunes al embajador de Brasil en Santiago en protesta por los dichos del presidente Jair Bolsonaro contra su homólogo chileno, Gabriel Boric, a quien acusó de «prender fuego al Metro» en las protestas de 2019, informó la canciller Antonia Urrejola.

«Nos parece que esas declaraciones son gravísimas. Obviamente son absolutamente falsas y lamentamos que en un contexto electoral se aprovechen las relaciones bilaterales y se polaricen a través de la desinformación y las noticias falsas», señaló Urrejola.

La reacción respondió a las palabras de Bolsonaro durante el tenso debate electoral que mantuvo la noche del domingo con el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien lidera las encuestas previas a las elecciones de octubre.

En su exposición, el mandatario brasileño acusó al presidente izquierdista Boric de haber estado detrás del incendio de varias estaciones del Metro de Santiago durante las protestas que estallaron el 18 de octubre de 2019, en demanda de mayor igualdad social.

Lula «apoyó al presidente de Chile también, el mismo que practicó actos de prender fuego al Metro, y mira dónde va yendo Chile», dijo Bolsonaro en el debate, después de enumerar el apoyo de su rival a varios gobiernos de izquierda en América Latina.

«Hemos hecho una citación al embajador de Brasil para hoy día en la tarde en la Cancillería de parte del secretario general de política exterior, donde le haremos llegar una nota de protesta», explicó Urrejola.

«Gobierno corrupto»

Tras una semanas de protestas estudiantiles, el 18 de octubre de 2019 varias estaciones del metro de Santiago fueron vandalizadas por manifestantes y decenas terminaron completa o parcialmente calcinadas.

Desde ese día se desataron manifestaciones callejeras masivas, algunas muy violentas, para reclamar mejoras sociales. Un mes después, las fuerzas políticas alcanzaron un acuerdo para llamar a un plebiscito que decidiera el fin o no de la Constitución legada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

Por un 78% se impuso la opción del cambio de Constitución, a lo que siguió la elección de una convención constitucional que en un año redactó una nueva carta magna, la cual será sometida a votación en un referéndum este domingo.

Además de los ataques a Boric y otro mandatarios de izquierda de la región, Bolsonaro lanzó duros señalamientos contra Lula.

«Su gobierno fue el más corrupto en la historia de Brasil», lanzó el ultraderechista, de 67 años, en su primera intervención dirigida al líder de la izquierda, favorito en las encuestas. Minutos antes del debate, lo había tildado de «ladrón».

Lula, de 76 años, retrucó defendiendo los avances sociales de sus gobiernos (2003-2010) y diciendo que el actual presidente «está destruyendo» el país.

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Chilenos comienzan a convivir con la desconocida inflación

En abril, el Índice de Actividad de Comercio aumentó 12,6% interanual, apuntalado por las ventas de prendas de vestir y calzado, lo que se refleja en la gran afluencia de público a los centros comerciales.

/ 10 de junio de 2022 / 16:50

Generaciones de chilenos conviven por primera vez con la alta inflación: mientras las clases trabajadoras hacen malabares para hacer rendir el dinero, los niveles de compras en los estratos más altos se resisten a bajar.

Los altos precios están en boca de todos, pero son los más pobres quienes sufren más de sus consecuencias.

Con la venta de ensaladas en el mercado popular de La Vega, Ana pagó la educación de sus cuatro hijos. Pero ahora sus clientes compran las verduras y las preparan ellos para capear los altos precios.

«En la semana no vendo. Antes vendía por kilos», pero hoy solo con las ventas de sábado y domingo «podemos salvar para la semana», relata a la AFP Ana, de 56 años, cuarenta y dos de ellos en La Vega.

«Nunca había visto algo parecido. Hay gente que anda pidiendo verduras para llevarlas a su casa», agrega, en su puesto vacío pero al que asiste todos los días para alimentar a sus gatos.

En mayo, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) ganó 1,2%, para alcanzar una cifra anual de 11,5% de alza, la más alta desde 1994, muy por encima del 3% que bordeó la inflación la última década. En lo que va del 2022, el alza alcanza 6,1%.

El reemplazo de las categorías más caras, la elección de las «marcas propias» y la preparación de alimentos en el hogar son hábitos tradicionales de protección de los consumidores frente a las alzas de precios, de acuerdo a expertos.

Dedicada a la venta de huevos, Roxana confirma la teoría: hoy vende menos y productos más pequeños.

«Cuando la gente tiene plata, lleva el (huevo) más grande; ahora lleva el más chico, porque está tratando de encontrar lo más barato y que el presupuesto le alcance», dice a la AFP.

Liquidez acumulada

Pero pese a las quejas, el consumo se resiste a bajar en Chile.

El remanente de la fuerte inyección de liquidez en la economía chilena hasta el año pasado explica en parte el fenómeno de la inflación y también del consumo.

Producto de los tres retiros de fondos de pensiones y a las ayudas estatales entregadas a las familias para hacer frente a la pandemia, ingresaron a la economía unos 90.000 millones de dólares, casi un tercio de su PIB.

«La economía tiene liquidez acumulada desde varios meses. (…) Es imposible que (el nivel general de compras) caiga con las cantidades que se inyectaron a la economía», explicó a la AFP Francisco Castañeda, director de la escuela de negocios de la Universidad Mayor.

En abril, el Índice de Actividad de Comercio aumentó 12,6% interanual, apuntalado por las ventas de prendas de vestir y calzado, lo que se refleja en la gran afluencia de público a los centros comerciales.

Para George Lever, gerente de estudios de la Cámara de Comercio de Santiago, la concurrencia a los centros comerciales está vinculada a un «desahogo» tras las restricciones de la pandemia.

Sin embargo, este efecto se va a ir «ajustando en el tiempo»: «La exceptiva para lo que viene en término de consumo es de un periodo de contracción respecto a lo que vimos hace 12 meses atrás», agregó el experto.

Aprender a vivir con la inflación

La inflación comenzó a bajar en Chile tras el retorno de la democracia, en 1990. A mediados del año pasado, comenzó nuevamente a subir de manera consistente.

Para el tercer trimestre, la tasa se elevaría a 13% anual, según el Banco Central.

«La inflación tiene un componente externo, un componente interno y también un componente que el Banco Central llama ‘idiosincrático’, que tiene que ver con la actual discusión constituyente», que juega sobre la incertidumbre, debido al proceso para cambiar la Constitución heredada de la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), agrega Castañeda.

Para frenar las alzas, el gobierno del izquierdista Gabriel Boric se opuso a un nuevo retiro de fondos de pensiones, congeló el precio de la electricidad y el transporte, y alimenta un fondo de estabilización de los precios de la gasolina y el kerosene.

El Banco Central, por su parte, aumentó la tasa de interés hasta al 9%.

De esta forma, los chilenos están aprendiendo a lidiar con la inflación, cuyo bajo valor era uno de los grandes logros del modelo económico del país.

«No hemos sido educados por la vida las nuevas generaciones para comportarnos en ambientes de alta inflación (.) Tenemos esa desventaja en la conjuntura respecto a países estructuralmente inflacionario», agrega Lever.

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Mujeres, juventud y diversidad en el futuro gabinete de Boric en Chile

El gabinete incluirá también a Giorgio Jackson y Camila Vallejo, exlíderes estudiantiles y diputados, quienes junto a Boric lideraron las protestas de 2011 para exigir reformas educativas.

/ 21 de enero de 2022 / 21:37

El presidente electo de Chile, Gabriel Boric, nombró este viernes al expresidente del Banco Central Mario Marcel como futuro ministro de Hacienda, y a la expresidenta del Colegio Médico Izkia Siches en Interior, al presentar un gabinete conformado en su mayoría por mujeres y de gran diversidad política.

Con este equipo de 24 ministros, de los que 14 son mujeres y un tercio independientes, Boric busca sobrepasar los límites de su coalición política para lograr mayorías en el futuro Congreso, dividido casi en partes iguales entre las fuerzas de izquierda y derecha.

«Nos acompañan en este equipo de ministros y ministras personas de diversos orígenes y formaciones; un gabinete diverso, un gabinete con mayoría de mujeres (…), con presencia de regiones, intergeneracional, con pluralidad política, con diversos puntos de vista y con una fuerte presencia también de independientes y de militantes de partidos políticos», dijo Boric en la ceremonia que se realizó en los patios del Museo Histórico Natural de Santiago.

Marcel, independiente vinculado al Partido Socialista, de 62 años, renunció el jueves al Banco Central. Antes, ocupó diversos cargos en los gobiernos de centroizquierda y era el preferido de los mercados, que ven en su nombramiento un gesto de moderación en las reformas económicas que busca implantar Boric.

«Mi rol específico será ayudar a crear las condiciones económicas, financieras y operacionales para que los compromisos establecidos con la ciudadanía se puedan cumplir» y conformar un equipo para lograr «una salida ordenada a la crisis que ha vivido el país en los últimos años», afirmó Marcel en una carta difundida por el equipo de prensa de Boric.

Izkia Siches, futura ministra del Interior o jefa del gabinete, tiene 35 años, es médica cirujana y en 2017 se convirtió en la primera mujer en alcanzar la presidencia del Colegio Médico.

«La mirada general es una mirada positiva en cuanto a romper los muros que el presidente necesita romper para un proyecto mayoritario y con respaldo parlamentario», dijo a la AFP el politólogo de la Universidad de Santiago Marcelo Mella sobre la conformación del gabinete.

La coalición política que respaldó a Boric, «Apruebo Dignidad», que reúne al Frente Amplio y al Partido Comunista, tiene una representación equivalente al 24% en la Cámara de Diputados, por lo que necesitaba ampliar su apoyo en los partidos tradicionales de centroizquierda.

«Es una señal política, de construcción de una correlación de fuerza más robusta, que le permita al gobierno tramitar proyectos en el Congreso con menores costos de transacción», agregó Mella.

El gabinete incluirá también a Giorgio Jackson y Camila Vallejo, exlíderes estudiantiles y diputados, quienes junto a Boric lideraron las protestas de 2011 para exigir reformas educativas.

En el listado figura también la nieta del exmandatario socialista Salvador Allende (1970-1973) Maya Fernández, que se encargará del Ministerio de Defensa.

Para Relaciones Exteriores, nombró a Antonia Urrejola, abogada de 53 años, quien presidió en 2021 la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, quien adelantó que su gestión estará marcada por «más multilateralismo, cooperación y diálogo».

Cambios estructurales

El promedio de edad de los integrantes del nuevo gabinete es de 49 años. La más joven, con 32 años, es Antonia Orellana, próxima Ministerio de la Mujer a partir del 11 de marzo, cuando asuma el nuevo gobierno.

El «comité político» quedó integrado por los más estrechos colaboradores de Boric: la comunista Vallejo, como ministra vocera; Jackson, como ministro de la Secretaría General de la Presidencia; y Siches, la primera mujer en ocupar el Ministerio del Interior.

En tanto, Marcel enfrentará una economía en desaceleración tras crecer cerca de un 12% en 2021, impulsada por un fuerte aumento del consumo tras las ayudas sociales entregadas por el gobierno de Sebastián Piñera y los retiros de los fondos de pensiones aprobados por el Congreso.

Marcel debe poner en marcha la reforma tributaria que prometió Boric para recaudar hasta el 5% del PIB, que busca destinar a financiar proyectos sociales.

Su nombramiento es un guiño al mercado, ya que es un hombre «que tiene vínculos muy amplios y transversales, que tiene credibilidad en la derecha y el sector privado, lo que es un buen punto de partida para tomar las decisiones tan difíciles que tendrá que tomar el presidente por este año», estimó Mella.

Tal como en su discurso de triunfo la noche del 19 de diciembre, cuando se impuso en el balotaje por un 55,8% al ultraconservador José Antonio Kast, Boric se comprometió a realizar transformaciones sociales de forma gradual.

«Vamos a hacer todos los cambios que nos hemos propuesto paso a paso, porque tenemos la convicción que la inmensa mayoría de los chilenos y chilenas demandan cambios estructurales», dijo Boric, quien además definió los tres ejes de su futuro gobierno: el manejo de la pandemia, incentivar un crecimiento económico con inclusión social y asegurar el éxito de la Convención Constitucional que redacta una nueva Carta Magna que reemplace la heredada por la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990) y que concluiría su trabajo a mediados de este año.

«Necesitamos que dialoguen y que escuchen mucho, que escuchen el doble de lo que hablen», pidió Boric al equipo de trabajo que presentó este viernes.

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Kast reivindica a Pinochet y promete un Chile en orden

"No me traten de ultraderecha, porque no lo soy (…) Espero que me califiquen como un candidato del sentido común", afirmó Kast, de 55 años.

/ 21 de noviembre de 2021 / 21:38

Admirador de la dictadura de Augusto Pinochet y en sintonía con líderes como Jair Bolsonaro, Donald Trump y el partido Vox español, el ultraderechista chileno José Antonio Kast se presenta como el candidato del orden para Chile.

«¿Dicen que soy extremo, pero extremo en qué?», se preguntó en campaña el candidato, que disputará frente al izquierdista Gabriel Boric la segunda vuelta el próximo 19 de diciembre.

«No me traten de ultraderecha, porque no lo soy (…) Espero que me califiquen como un candidato del sentido común», afirmó Kast, de 55 años.

Este abogado militó por 20 años en el partido ultraconservador Unión Demócrata Independiente (UDI) hasta que en 2019 creó el Partido Republicano que hoy lo lleva a su segundo intento electoral. En 2017 había alcanzado el cuarto lugar, con 7,93% de los votos.

En el cierre de su campaña, el jueves, en un acomodado barrio de Santiago, Kast prometió recuperar la «libertad» para el país a través del «orden y la seguridad».

«Estamos dispuestos a dar la vida si fuese necesario, dar la vida por nuestro Chile querido. Dios y la patria es lo que nos inspira», señaló el ultraconservador. «Hemos interpretado a una mayoría de chilenos que quieren un país tranquilo y seguro», dijo, tras encabezar el escrutinio del domingo.

Nostálgico de Pinochet

Kast, casado y con nueve hijos, es un activo miembro del movimiento católico conservador Schoenstatt. Hijo de inmigrantes alemanes que llegaron a Chile en 1951, su padre se alistó en el ejército durante el régimen nazi alemán, aunque el candidato ha dicho que fue por «obligación».

En Chile, su familia se instaló en la localidad de Paine, en las afueras de Santiago, donde hicieron fortuna con una fábrica de embutidos tradicionales alemanes y Bavaria, una cadena de restaurantes de la que se desvinculó hace pocos años.

Agrupaciones de derechos humanos denuncian que miembros de su familia colaboraron en la detención de opositores en la localidad de Paine durante la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990).

El primer cargo público de Kast fue de concejal por la comuna de Buin (cerca de Paine), entre 1996 y 2000. Luego saltó al Parlamento y fue diputado por cuatro períodos consecutivos.

En esta nueva incursión presidencial mantiene la sonrisa y parsimonia que lo caracterizan, aunque al acercarse la elección se le vio más tenso tras ser obligado a remarcar su sabida admiración por la era Pinochet, que dejó más de 3.200 muertos y desaparecidos.

«Hay una situación que marca una diferencia con lo que ocurre en Cuba, Venezuela y Nicaragua. Creo que lo de Nicaragua refleja plenamente lo que en Chile no ocurrió (con Pinochet): se hicieron elecciones democráticas y no se encerró a los opositores políticos. Eso marca la diferencia fundamental», alegó Kast.

Desde su punto de vista, la Constitución que en 1980 se promulgó durante el régimen de Pinochet «contenía toda la transición a la democracia» y el gobierno militar entregó el poder tras un plebiscito. «Díganme ustedes ¿qué dictadura ha hecho eso?».

Minorías en aprietos

En su programa de gobierno, propone la disminución del gasto público, una reducción tributaria y eliminar varios ministerios, entre ellos el de la Mujer.

Es el único de los siete candidatos que propone mantener el sistema de pensiones privados instaurado en la dictadura, muy criticado en la opinión pública.

Plantea la intervención de las Fuerzas Armadas en la región de La Araucanía, en el sur de Chile, agobiada por el conflicto con indígenas mapuches y subir las penas de cárcel para los delitos comunes.

En una de las partes más polémicas, propone dentro de un estado de Excepción la detención en casas o lugares distintos a las cárceles de opositores y la clausura del Instituto Nacional de Derechos Humanos, además de la construcción de una zanja para evitar la entrada de inmigrantes irregulares.

También la derogación de los beneficios compensatorios a las víctimas de las violaciones a los derechos humanos en la dictadura y la creación de una «Coordinación Internacional Anti-Radicales de Izquierda».

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Ultraderechista Kast e izquierdista Boric disputarán segunda vuelta de presidenciales en Chile

Tal como ocurre en Chile desde 1999, la elección se definirá en segunda vuelta ya que ninguno superó el 50% de las preferencias para suceder al actual mandatario, el conservador Sebastián Piñera.

/ 21 de noviembre de 2021 / 20:56

El ultraderechista José Antonio Kast y el izquierdista Gabriel Boric, con programas y conceptos antagónicos del futuro de Chile, pasaron este domingo a una segunda vuelta que se definirá el próximo 19 de diciembre.

Kast lideraba la elección presidencial con un 28,52% de los votos, seguido por Boric, con un 24% tras escrutarse un 65,52% de los votos, informó el Servicio Electoral.

Tal como ocurre en Chile desde 1999, la elección se definirá en segunda vuelta ya que ninguno superó el 50% de las preferencias para suceder al actual mandatario, el conservador Sebastián Piñera.

El populista Franco Parisi (derecha liberal), un economista que vive en Alabama, sur de Estados Unidos y no ha pisado el país en toda la campaña electoral, figura tercero con el 13% de las preferencias tras concentrar su proselitismo en las redes sociales. Muy cerca la senadora demócrata-cristiana, Yasna Provoste, con el 12% y del oficialista Sebastián Sichel con 11%.

«Nos vamos con la frente alto, ya le mandé las felicitaciones a Kast», dijo Sichel, al reconocer tempranamente su derrota. En segunda vuelta, afirmó que no votaría por Gabriel Boric pero tampoco llamó abiertamente a votar por Kast.

«Ese espíritu totalitario y fascista es lo que representa la candidatura de José Antonio Kast. Nosotros jamás podríamos tener una posición neutra respecto de lo que esto significa para le país. No queremos que se repitan esos dolores y esos horrores (ocurridos durante la dictadura de Augusto Pinochet)», dijo Provoste, también al reconocer su derrota.

Sobre su apoyo a Boric, aliado a los comunistas, dijo que no se va a mantener neutral pero no le entregó un apoyo explícito.

Elecciones inciertas

Las elecciones de este domingo fueron las más inciertas desde la dictadura de Augusto Pinochet (1973-1990), con la idea previa de cambiar el modelo neoliberal que permitió crecimiento económico y estabilidad política en las tres últimos décadas pero es señalado como el origen de la desigualdad que propició las protestas desde octubre de 2019.

Pero también de restaurar el orden y la estabilidad perdida tras las masivas protestas sociales que se iniciaron el 19 de octubre de 2019.

Boric, de 35 años, la edad mínima para postular a la presidencia de Chile, propone un cambio al modelo económico neoliberal, mientras que Kast, de 55 años, promete restaurar el orden y seguridad tras dos años turbulentos.

Las mesas cerraron a las 18.00 locales (21.00 GMT), con largas filas de votantes esperando sufragar en las cuartas elecciones realizadas desde octubre del 2020, cuando se llevó a cabo el plebiscito para definir el cambio a la Constitución heredada de Pinochet.

En Chile el voto es voluntario desde 2012 y pueden votar extranjeros con más de cinco años de residencia en el país. Suele haber una baja participación electoral, sobre todo entre los jóvenes.

«Hay que venir a votar para pasar esta página de división y lío en las calles», dijo a la AFP Cristina Arellano, una contadora de 42 años en un colegio de Ñuñoa, comuna de clase media de la capital.

Polos opuestos

«Representamos el proceso de cambio y transformación que viene, (pero) con certezas, con la gradualidad que sea necesaria», dijo Boric al votar en Punta Arenas, su ciudad natal, en el extremo sur.

Por su parte Kast, que después de 20 años de militancia en el ultraconservador partido Unión Demócrata Independiente (UDI) es uno de los fundadores del Partido Republicano, intenta mantener el modelo neoliberal heredado de la dictadura y promete imponer «orden, seguridad y libertad».

«Lo principal (hoy es que) pueda concurrir mucha gente a votar y que cada uno se pueda pronunciar en libertad» y «votar informado», dijo el abogado, quien sostiene que Boric y su alianza con el Partido Comunista traerán «caos» a Chile.

Competían también el profesor de extrema izquierda Eduardo Artes, el cineasta y político progresista Marco Enríquez-Ominami.

Fin de ciclo

Varios analistas consultados por la AFP consideran que estas elecciones cerrarán el viejo ciclo político del país, pues los dos candidatos que pasaron a segunda vuelta son ajenos a las coaliciones de partidos tradicionales que han gobernado Chile en las últimas décadas.

«Se puede sostener que son las últimas elecciones del viejo ciclo, ya que pueden terminar con un resultado diferente a los (políticos) que ha habido», dijo Raúl Elgueta, politólogo de la Universidad de Santiago.

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