«Un error de procedimiento ha sido usado como pretexto para atacar al Instituto para las Obras de Religión (IOR), a su presidente y al Vaticano», se defendió Ettore Gotti Tedeschi, presidente de la entidad, en declaraciones al diario Il Giornale.

La investigación judicial contra dos directivos del Banco del Vaticano por violar las leyes italianas contra el blanqueo de dinero vuelve a colocar a la entidad bancaria de la Santa Sede en el ojo de huracán tras los escándalos que la azotaron en la década de los 80.

Designado el año pasado para enderezar las cuentas del IOR, Gotti Tedeschi, simpatizante del Opus Dei y por años máximo responsable del Banco Santander en Italia, debe hacer frente a este nuevo escándalo por la violación por parte del Vaticano de las normas contra el reciclaje de dinero.

«Lo siento como algo injusto porque llevamos 10 meses trabajando con las autoridades nacionales e internacionales sobre el tema, en particular con Gafi», el organismo encargado de la lucha contra el blanqueo y la financiación al terrorismo, explicó.

Junto con el presidente de IOR está siendo indagado el director general de la entidad, Paolo Cipriani, acusado también de haber cometido irregularidades en la transferencia de 23 millones de euros (30 millones de dólares).

«Es inevitable que se repitan esos escándalos si IOR no adhiere a las normas internacionales contra el reciclaje», aseguró a la AFP el italiano Gianluigi Nuzzi, autor del libro Vaticano Spa («Vaticano sociedad anónima»).

El Opus Dei destaca cualidades del Papa

Benedicto XVI «es un comunicador al cien por cien, pero no un hombre de medios de comunicación», dijo a EFE Diego Contreras, decano de la Facultad de Comunicación de la Iglesia, la única en el mundo de su género, perteneciente al Opus Dei y con sede en Roma.

Para el español Contreras, el Papa como teólogo »no es un manipulador, es decir, no es un hombre que dice a la opinión pública lo que quiere escuchar».

Benedicto XVI «no instrumentaliza y, cuando habla, hay alguna perla incluso para un periodista, sobre todo cuando lo hace sin papeles», afirma el decano. Gobierno y comunicación están muy unidos, «pero la Santa Sede no fabrica nada», asegura.