El presidente ruso, Vladimir Putin, promulgó este viernes la ley que prohíbe la adopción de niños rusos por estadounidenses, considerada como una de las medidas más hostiles adoptadas por Moscú contra Estados Unidos desde el fin de la Guerra Fría.

El texto fue votado por el Parlamento ruso en respuesta a la «lista Magnitski», una ley adoptada por el Congreso estadounidense y promulgada este mes por el presidente Barack Obama.

La ley estadounidense impide ingresar a Estados Unidos a dirigentes rusos presuntamente implicados en la muerte durante su detención en 2009 del jurista Serguei Magnitski o en otras presuntas violaciones de derechos humanos.

La nueva ley rusa lleva el nombre de Dima Iakovlev, un niño ruso adoptado en Estados Unidos en 2008, quien murió, después de que su padre adoptivo lo olvidara en un automóvil, cuando hacía mucho calor.

Ambos países habían negociado un nuevo acuerdo para adopciones, firmado en 2011 para entrar en adopción en noviembre de 2012, con el fin de endurecer los controles, después de varios casos de abuso por parte de familias estadounidenses hacia sus hijos rusos adoptados.

Casos como el de una mujer de Tennessee, que envió de vuelta a Rusia a su hijo adoptado de siete años solo en un avión con una nota que decía que era violento y no quería seguir criándolo, habían suscitado fuertes protestas.

El número de adopciones en Estados Unidos procedentes de Rusia había decaído en los últimos años, hasta llegar a 962 niños adoptados en 2011, tras el pico de 5.862 en 2004, según cifras oficiales.

La ley promulgada por Putin este viernes prevé asimismo la elaboración de una «lista negra» de estadounidenses indeseables en Rusia, por ser sospechosos de haber violado los derechos de ciudadanos rusos.

La lista se hizo, pero no se hará pública, precisó el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, citado por la agencia Ria Novosti.

La promulgación de la ley por parte de Putin tendrá una consecuencia inmediata, ya que interrumpirá los trámites iniciados por familias estadounidenses para adoptar a 52 niños rusos.

«Hay 52 niños cuya adopción está pendiente actualmente», declaró Pavel Astajov, delegado del Kremlin para los derechos del niño.

«Pienso que tendrían que ser adoptados en Rusia», agregó.

Por otra parte, también este viernes, la justicia rusa absolvió a Dimitri Kratov, ex subdirector de la cárcel donde Magnitski estuvo preso, antes de morir en detención en 2009.

Kratov «hizo todo lo que pudo» para salvar a Magnitski, según la justicia.

Este responsable penitenciario, acusado de «negligencias» por no haber proporcionado atención médica a Magnitski, era la única persona procesada por la muerte del jurista de 37 años, víctima de violencias.

El jueves, el juicio por fraude fiscal contra Magnitski, que ha de celebrarse pese a su muerte, fue postergado al 28 de enero.

Magnitski, un consejero fiscal que asesoraba al fondo de inversión occidental Hermitage Capital, murió en una cárcel de Moscú en noviembre de 2009 después de 11 meses de prisión preventiva.

El jurista había sido detenido en 2008 acusado de fraude fiscal.

En un primer momento había denunciado una maquinación financiera de 5.400 millones de rublos (130 millones de euros), urdida según él por responsables de la policía y la administración fiscal en detrimento de su empleador y el Estado ruso.

Pero Magnitski acabó siendo acusado de fraude fiscal por los mismos responsables a los que denunció, según Hermitage.

William Browder, el presidente de Hermitage Capital, fue inculpado en el mismo caso.

El caso Magnitski provocó tensiones en las relaciones entre Moscú y Washington.