Corea del Norte parece prepararse para realizar los próximos días un lanzamiento de pruebas de un misil balístico y un cuarto test nuclear, dos meses después del precedente, que le costó una nueva de la ONU, declaró ayer el Ministro surcoreano de la Unificación.

Corea del Norte, que recientemente instaló dos misiles de alcance medio en su costa oriental, también podría realizar un tiro de pruebas esta semana en una escalada destinada a obtener concesiones de Washington, por ejemplo una reanudación sin condiciones de las negociaciones del programa nuclear civil.

Después del paquete de sanciones adoptado por las Naciones Unidas tras su prueba nuclear en los primeros días de febrero, y de las maniobras conjuntas de Estados Unidos y Corea del Sur, el norte ha multiplicado estas últimas semanas las declaraciones belicosas.

Como medida de apaciguamiento y para dejar a Pyongyang la responsabilidad de la escalada, Washington pospuso hasta mayo un ensayo de Minuteman 3, un misil balístico intercontinental de ojivas nucleares, que tenía previsto disparar la próxima semana desde la base aérea de Vandenberg.

Pekín, único aliado de peso de Pyongyang, hizo una severa advertencia implícita a su vecino, cuya economía vive bajo perfusión china. “Nadie debería estar autorizado a precipitar en el caos a una región, y con más razón aún al mundo entero, por egoísmo”, dijo el presidente chino, Xi Jinping, sin citar a Corea del Norte ni a EEUU.

Los dos ensayos podrían ser antes del 15 de abril, aniversario del nacimiento del fundador del régimen comunista, Kim Il-sung. Mientras, Pyongyang retiró 53 mil empleados norcoreanos que trabajan en el polo industrial intercoreano de Kaesong, aumentado así la tensión con el sur.