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Raúl Castro completa gestión con reformas socioeconómicas

Raúl Castro cumple en febrero cinco años en el poder como presidente de Cuba, lo que marca el fin de un periodo en el que emprendió reformas sociales y económicas consideradas “cosméticas” por la oposición y criticadas por su lenta implementación.

De acuerdo con información de la agencia AFP, el general de 81 años concluirá una gestión en la que trató de implantar su proyecto de cambios después de sustituir interinamente a su hermano enfermo Fidel en 2006, ser electo Presidente por el Parlamento en 2008 y limitar los cargos en Cuba a dos mandatos de cinco años.

“Aunque fueron totalmente insuficientes, no se puede decir que no haya habido cambios en estos años, sobre todo en el terreno económico, no tanto en el terreno político”, dijo a la AFP el economista Óscar Espinosa.

Raúl se mantuvo firme en su estrategia “sin prisa, pero sin pausa”, lo que al académico Arturo López, de Denver (EEUU), le hace pensar que el líder cubano “no parece consciente de los costos de un excesivo gradualismo”. “La lentitud en la aplicación de las aperturas, incluida la reciente reforma migratoria y la ausencia de una política que incentive las inversiones de cubanos del exterior, hizo más difícil el ajuste económico”, explicó.

Desde 2008, Raúl ajustó el equipo y la estructura de Gobierno, abriendo el poder a los militares, cambió a medio centenar de dirigentes de la época fidelista, e impuso la racionalidad económica sobre los criterios políticos.

Aún así se precisa “la actualización del modelo político”, señaló el académico cubano Julio Guanche y además demandó “la democratización de las prácticas partidistas y estatales; la urgencia de mecanismos de gobierno más eficaces, responsables y transparentes; y la necesidad de regularizar la protección de derechos ciudadanos”.

Raúl también eliminó “prohibiciones excesivas” y les dio a los cubanos el acceso a hospedarse en hoteles y comprar computadoras y electrodomésticos, aunque su mayor actividad se concentró en la economía: convocó a un congreso del Partido Comunista (el único legal en la isla) que aprobó más de 300 cambios para “actualizar” el agotado modelo económico de corte soviético y hacerlo rentable.

La prioridad fue aumentar la producción de alimentos, para lo cual repartió parcelas en usufructo; mejoró los precios a los productores; liberó la venta de implementos agrícolas y ofreció créditos; amplió el trabajo privado; preparó las bases legales de pequeñas y medianas empresas estatales y cooperativas urbanas de producción y servicios; e inició un proceso de autonomía de las industrias estatales. Pero el despegue es aún lento.

Modelo. La médula de sus reformas —dijo Raúl— es conservar el socialismo, por lo que mantuvo la propiedad estatal de tierras, locales, subsuelo, industrias u otro elemento negociado con el capital extranjero o con trabajadores privados. Es un “cambio económico significativo con continuidad política unipartidista y escasa transición intergeneracional”, opinó López. Además, “los cambios económicos ya provocaron acomodos políticos imprescindibles”, añadió, citando el diálogo con la Iglesia Católica y la “expansiones del rol de la sociedad civil”.

Para López, “la permanencia en puestos claves de dirigentes asociados al modelo y las concepciones anteriores que se pretende cambiar”, así como la persistencia de un sistema político “extremadamente jerárquico y centralizado” en torno a Raúl, son insuficiencias presentes en las reformas.

Con una oposición interna dividida, Raúl encuentra la verdadera resistencia en la “burocracia” del sistema, que frenó las reformas, y en la corrupción, una olla que destapó y que pese a acciones enérgicas no logró vaciar.

A decir de Espinosa, Raúl “es un hombre mayor, aunque se ve todavía ágil, pero no hay duda de que está en una edad en la que le va quedando muy poco tiempo para las enormes tareas que tiene”. Ése es otro desafío del general: formar urgentemente un relevo capaz de mantener el proyecto, pues la generación histórica dirigida por Fidel siempre pospuso esa tarea.

Éxodo cubano afronta trabas

AFP/La Habana

Aunque ya desaparecieron en Cuba los engorrosos permisos para viajar al exterior vigentes durante medio siglo, los cubanos afrontan otras dificultades como el precio de los billetes o la exigencia de visados por parte de España y EEUU.

Antonio Aja, uno de los principales especialistas en temas migratorios de la isla, no prevé una estampida de viajes, pues los cubanos deben obtener visas y cumplir otros requisitos exigidos por los países de destino, además de contar con el dinero para pagar los trámites y el boleto aéreo.

Además, si bien el Gobierno eliminó el permiso de salida y la carta de invitación que había que presentar ante sus consulados en el exterior, la mayoría de los estados mantiene exigencias para otorgar visas a los cubanos, entre ellas que alguien asuma la responsabilidad por la manutención del cubano.

Ahora, “aumentaron también los niveles de selectividad y la rigurosidad por parte de los países receptores”, dijo.

Cuba mantiene convenios de excepción de visados con apenas 15 naciones, básicamente del antiguo bloque comunista y pequeñas islas del Caribe, pero “hacia ahí no va el emigrante cubano”, destacó Aja.

“Los grandes flujos (migratorios) tienen que ver con elementos de tradición, de cadenas migratorias que atraen, con ventajas comparativas para insertarme ahí y no en otra parte, y también con el tratamiento que da el país receptor a los cubanos”, añadió.

Por ello, los expertos pronostican que el flujo continuará hacia los destinos tradicionales de los cubanos: EEUU, donde reside el 80% de ellos y tiene leyes que privilegian a los cubanos; a España; Canadá; México; y otras naciones de América Latina y Europa.

La nueva ley migratoria permite a los cubanos vivir en el exterior conservando sus derechos y propiedades en la isla, a diferencia de lo que ocurría antes, por lo que la categoría de “emigrante definitivo” desaparece en la práctica.

Venezuela y Cuba, en eje regional

EFE/ San José

Venezuela y Cuba serán el epicentro de la política latinoamericana este 2013, pues los acontecimientos en ambos países podrían tener repercusiones importantes en el resto de la región, dijo el director regional de IDEA, Daniel Zovatto.

IDEA es un organismo intergubernamental que apoya la democracia en el mundo y cuenta con el estatus de observador permanente ante la ONU.
Zovatto explicó a EFE que el futuro del presidente venezolano, Hugo Chávez, será quizá la noticia más importante en los próximos meses, tanto por lo que pueda pasar en Venezuela como en otros países aliados.

Chávez, de 58 años, convalece en Cuba de una cuarta operación del cáncer efectuada en diciembre, por lo que fue autorizado por el Parlamento oficialista a no jurar en el cargo el 10 de enero para un nuevo periodo de seis años, sino cuando su salud lo permita.

En caso de una ausencia total de Chávez, señaló Zovatto, ya sea por incapacidad para ejercer como presidente o por muerte, Venezuela tendría por orden constitucional que convocar a nuevas elecciones, y aunque es factible un nuevo triunfo del chavismo, el reto será cómo gobernar sin la figura del “comandante”.

En el caso de Cuba, la isla se ha convertido en el centro mismo de la crisis política venezolana, pero además el gobierno de Raúl Castro sigue con las reformas para reducir el tamaño del Estado como fórmula para paliar la difícil situación económica del país.

Adicionalmente, “hay que ver el efecto de la llegada de John Kerry como secretario de Estado de EEUU”, dijo, sin más precisiones. Cuba también tiene una importante participación en las negociaciones de paz entre el gobierno de Juan Manuel Santos y la guerrilla de las FARC, y ocupará este año la presidencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y del Caribe (Celac).

2013 será un año trascendental para Ecuador, Paraguay, Chile y Honduras, donde se celebrarán elecciones presidenciales.

Con un panorama económico positivo para la región, el experto vislumbra que los temas claves de este año en Latinoamérica serán la reelección presidencial y la inseguridad ciudadana, que se mantiene como el principal problema en la mayoría de los estados.

Elecciones cubanas despiertan incógnitas

AFP/La Habana

Por primera vez en medio siglo, las elecciones generales cubanas del 3 de febrero despiertan incógnitas, debido a que los dirigentes históricos del régimen comunista entraron en cuenta regresiva por su avanzada edad y al límite de diez años de permanencia en un cargo impuesto en Cuba.

Ocho millones de cubanos están convocados a elegir, por voto directo y secreto, a los delegados a las 15 asambleas provinciales y más de 600 diputados para la Asamblea Nacional, bajo un proceso regido por la Constitución de 1976, en el que no estará en cuestión el control que ejerce el

Partido Comunista de Cuba (PCC, único) sobre toda la sociedad.

“Por primera vez en el panorama electoral nacional hay varias opciones en juego. Las elecciones (…) servirán para develar algunas claves de cara al futuro”, dijo el analista político Jorge Gómez.

Salvo imprevistos, Raúl Castro será reelegido para su último periodo de cinco años y su decisión de limitar a diez el tiempo máximo para ocupar un cargo marca el punto final para la generación fundacional de la revolución, que bordea los 80 años de edad.

El PCC tampoco “contará con nuevas figuras políticas que po-sean la suficiente proyección nacional y estén en sintonía con los diversos sectores e imaginarios de la sociedad”. Como un recambio de la totalidad de la cúpula gobernante en 2018 parece “inviable”, según Gómez, en las elecciones debe haber un relevo parcial.