Representantes de restaurantes chilenos y comensales rechazaron ayer la posibilidad que abrió el ministro de Salud, Jaime Mañalich, de gravar con un impuesto alimentos que contengan sal y grasas en exceso, conocidos como «comida chatarra». «Me parece una soberana tontera, porque no se puede definir lo que es comida chatarra y lo que no», dijo Gabriel Délano, director de un pub restaurante, al diario El Mercurio.s

«Es poco probable una medida así, que aumentaría mucho nuestros costos. Si queremos combatir la obesidad, podemos fomentar el ejercicio o educar a la gente, pero no restringir qué comemos», comentó por su parte Sandra Devillaine, gerente de marketing de la cadena Kentucky Fried Chicken en Santiago.

«Ando en mi hora de refrigerio y vine aquí porque ando corto de plata, y la comida aquí es rica», dice un trabajador a un canal de televisión, mientras devora un pan con una salchicha cubierta con mayonesa, mostaza y acompañada de papas fritas.

 El lunes, Mañalich se mostró a favor de evaluar un posible impuesto para la «comida chatarra», idea que surgió a raíz del alza al tributo para el tabaco (de 60% a 67%), que forma parte del paquete de medidas para la reconstrucción de Chile tras el sismo.

«Las campañas de educación sirven, pero no son suficientes para generar cambios dramáticos. Pero un alza de impuestos es una medida efectiva, así que hay que evaluarlo», dijo.