La posibilidad de rescatar con vida a 33 mineros, atrapados hace una semana en una mina en el norte de Chile, se desvanece al estimar las autoridades y expertos que llegar a ellos podría tomar meses.

La importante desviación que se detectó el martes en uno de los principales ductos que se construyen para establecer una vía de contacto con los mineros generó otra complicación en las labores de rescate, aumentando el pesimismo de familiares y autoridades.

«Primero hay que tomar contacto y luego ver las alternativas para sacarlos. Las alternativas que uno puede tener yendo con un túnel desde afuera es muy difícil, toma mucho tiempo, teniendo claro que los túneles se construyen en meses, son distancias largas», dijo ayer el ministro de Minería, Laurence Golborne, que coordina el rescate.

El ducto —el más avanzado entre los seis que se construyen simultáneamente— había llegado casi a la mitad de la de donde se cree pueden estar los mineros, a unos 700 metros de profundidad.

El presidente Sebastián Piñera reafirmó ayer que no se han escatimado esfuerzos para rescatar a los mineros y se mostró esperanzado en que pudieran estar con vida.

Anunció además una «profunda reformulación» del Servicio Nacional de Geología y Minas (Sernageomin), que fiscaliza al sector. Esta reestructuración incluye la destitución del director nacional del servicio, Alejandro Vio, y de otras dos altas autoridades.