La tensión en la península coreana alcanzó ayer niveles inusualmente elevados, después de que Corea del Norte respondiera a las últimas sanciones de la ONU con el anuncio de que romperá el alto el fuego firmado hace seis décadas con el Sur y una renovada amenaza de ataque nuclear.

Corea del Norte “anulará el lunes 11 todos los acuerdos de no agresión alcanzados entre el Norte y el Sur” tras la Guerra de Corea (1950-1953), indicó el régimen, que emprendió esta semana una ofensiva especialmente dura contra Seúl.

Fuentes del Ejército de Corea del Sur advirtieron de la posibilidad de una agresión norcoreana a lo largo de los 248 km de la Zona Desmilitarizada que divide a los dos países o en la frontera marítima. En cuanto a los motivos de la elevada agresividad mostrada estos días por el régimen de Kim Jong-un, la portavoz y otros expertos barajan que podría tratarse de una estrategia para reforzar la cohesión interna y lograr un mayor impacto en el exterior como respuesta a las sanciones de la ONU.

Además de anunciar la inminente ruptura del alto el fuego, Corea del Norte reiteró ayer que posee misiles de largo alcance con ojivas nucleares capaces de convertir en “un mar de fuego” Washington y otros centros neurálgicos de EEUU y sus aliados. EEUU mantiene unos 28.500 efectivos militares en Corea del Sur.