El año en que Argentina festejó 200 años de vida y perdió a su último líder, el ex presidente Néstor Kirchner (2003-2007), acabó cuando comenzaron las campañas para las elecciones generales de octubre próximo.

La jefa de Estado argentina, Cristina Fernández de Kirchner, aún no ha confirmado que buscará la reelección, pero es la mejor situada en las encuestas, sobre todo después de la muerte de su marido, el 27 de octubre.

Pero mientras Fernández todavía coquetea con la idea, cinco opositores comenzaron oficialmente sus campañas para reemplazarla en la Casa Rosada.

El primero en lanzarse al ruedo fue el radical Ricardo Alfonsín, diputado e hijo de Raúl, el primer presidente argentino desde el último regreso de la democracia (1983-1989).

Su rival en las primarias radicales previstas por ley para agostoes el vicepresidente de Argentina, Julio Cobos, que en 2007 fue expulsado de su partido por aliarse con los Kirchner, pero que regresó después de pelearse con ellos en el conflicto agrario del año siguiente.

El peronismo cuenta con su ala izquierda, la de los Kirchner, y otra de derecha. En esta última está el ex presidente Eduardo Duhalde, que asumió el Gobierno en plena crisis de 2002 y lo dejó con la incipiente recuperación económica de 2003. Duhalde ya presentó su candidatura.

La diputada Elisa Carrió, que ha virado del centro-izquierda a posiciones más conservadoras, y el cineasta y diputado izquierdista Fernando Pino Solanas serían los otros candidatos.

En los sondeos, los rivales más populares de Fernández son Alfonsín y el alcalde de Buenos Aires, Mauricio Macri quien en marzo pasado dijo que quería ser presidente, pero aún no ha comenzado su campaña.