Un total de 155 cardenales procedentes de 50 países se encerrarán desde hoy para elegir al 266 papa de la historia de la Iglesia Católica, en el segundo cónclave del tercer milenio que comienza sin candidato favorito y con los purpurados divididos.

Los cardenales entrarán en la Capilla Sixtina, lugar de la elección, a las 16.30 horas local (11.30 hora boliviana) y tras la letanía y el canto del “Veni Creator Spiritus”, con el que invocarán la ayuda del Espíritu Santo, procederán al juramento por el que se comprometerán a mantener el secreto de todo lo que se diga o haga.

Después, el maestro de ceremonias pontificias, Guido Marini, pronunciará la frase “extra omnes” y todos los ajenos al cónclave saldrán de la capilla. Antes de comenzar a votar está prevista una meditación por parte del anciano cardenal maltés octogenario Prosper Grech, sobre los problemas de la Iglesia y la elección del papa.

Después se procederá a votar, aunque no es obligatorio en esa primera jornada. No obstante, según el Vaticano, ya hoy se procederá a la primera votación y habrá primera “fumata”, el humo que anuncia al mundo si hay o no papa. Si hay pontífice es blanco y en caso contrario negro.

El portavoz vaticano, Federico Lombardi, dijo que lo que se espera, como es normal, en esa primera votación es que salga “fumata negra”. Si es así, para mañana, están previstas dos votaciones por la mañana y otras dos por la tarde. Para ser elegido papa es necesario alcanzar dos tercios de los votos de los cardenales electores en todas las votaciones (77).

Sobre cuánto tiempo durará el cónclave, ningún cardenal se atreve a responder, aunque una gran mayoría espera que sea breve.

Lombardi resaltó que los últimos cónclaves duraron dos, tres o cuatro días, es decir fueron breves. Un cónclave que durase muchos más días pondría en evidencia, subrayó, “una situación bloqueada, una falta de consenso, aunque no hay motivos para pensar que se pueda llegar a ello”.

El cónclave se celebra sin que destaque un candidato fuerte, aunque todas las miradas están puestas en purpurados de iglesias dinámicas y jóvenes, como la africana y la latinoamericana y son muchos los que aseguran que el futuro papa no será italiano, debido al lastre del escándalo “Vatileaks”. Según los observadores vaticanos, hay una fuerte fragmentación en el Colegio Cardenalicio.

Cónclave tendrá dos estufas

Por primera vez en un cónclave usarán dos estufas en la Capilla Sixtina, una para quemar las papeletas de las votaciones y otra de la que saldrá el humo blanco, la “fumata blanca”, que indicará al mundo que ya hay papa, o humo negro, la “fumata negra” que indica que la Iglesia sigue sin pontífice.

Así lo aseguró el portavoz vaticano, Federico Lombardi, que señaló que con la combustión sólo de los folios con paja no sería suficiente para mostrar al mundo, sin equívocos, si la Iglesia Católica tiene un nuevo pontífice. Una de las dos estufas será destinada exclusivamente a mostrar al mundo, “de manera indudable” el humo blanco o negro. Hasta ahora, la fumata negra era el resultado de la quema de las papeletas con los votos de los cardenales con paja húmeda. Para lograr la fumata blanca la paja debía estar seca.

Aún se desconoce tanto el funcionamiento como el método que se usará para que la “fumata” sea blanca o negra “de verdad” y no ocurra lo que en 1978, durante la elección de Juan Pablo I, cuando el humo que salió era de color gris, y las elecciones de Juan Pablo II y Benedicto XVI, que al principio salió gris y tardó en hacerse totalmente blanco, llevando al equívoco.