Siria protestó ayer ante la ONU por un ataque aéreo israelí el miércoles contra un centro de investigación militar en su territorio, mientras EEUU advirtió contra una eventual transferencia de armas al Hezbolá en Líbano.

Luego de que fuentes de seguridad dieran cuenta de un ataque israelí contra un convoy de armas en la frontera sirio-libanesa, Siria anunció que hará valer su derecho a “defenderse”, en tanto responsabilizó de las eventuales consecuencias de la agresión a “Israel y los Estados que lo protegen en el Consejo de Seguridad”.

La Casa Blanca previno sobre el peligro de la transferencia de armas de Siria al Hezbolá. “Siria puede desestabilizar aún más la región mediante la transferencia de armas a Hezbolá”, dijo el consejero de seguridad de la Presidencia estadounidense, Ben Rhodes. Por su parte, el viceministro de Asuntos Exteriores de Irán, Hosein Amir Abdolahian, advirtió que el ataque aéreo israelí contra el centro de investigación militar tendrá “graves consecuencias”.

Consultado sobre esa amenaza de Irán, Rhodes dijo que tal retórica revelaba cuán preocupados estaban sus líderes acerca de una caída del régimen de Al Asad. Rusia sostuvo que, “si se confirma” el ataque israelí, “ello significa que hubo bombardeos sin ninguna justificación en territorio de un Estado soberano (Siria), lo cual viola groseramente la carta de la ONU y es inaceptable, cualquiera sea el motivo”. Hasta el momento, Israel mantiene un absoluto silencio oficial sobre el asunto.

El bombardeo, que causó la muerte de dos personas, según los sirios, es el primer ataque israelí contra Siria desde 2007 y sobre todo desde marzo del 2011, cuando estalló la revuelta contra el presidente Bashar al Asad.