La líder opositora y Nobel de la Paz birmana, Aung San Suu Kyi, se dirigió ayer a decenas de miles de seguidores frente a la antigua sede de su partido en Rangún, en su primer mitin político al día siguiente de su liberación (sábado); tras cumplir siete años y medio de arresto domiciliario por enfrentarse al régimen militar que ha gobernado a su país desde 1962.

Sus partidarios jaleaban entusiastas y portaban carteles con mensajes de cariño hacia Suu Kyi, de 65 años, que vistió una blusa verde y llevó el pelo adornado con flores, como es habitual en ella.

Previamente, la Premio Nobel de la Paz se reunió con varios embajadores extranjeros y, a lo largo del día, tenía previsto visitar la pagoda de Shwedagon, la más venerada de Birmania (Myanmar).

Suu Kyi y su partido, la disuelta Liga Nacional para la Democracia (LND), se encuentran con un nuevo marco político, tras las elecciones del 7 de noviembre ganadas por el partido afín a los militares.

Más de 3.000 seguidores se abalanzaron hacia la vivienda de Suu Kyi cuando los soldados retiraron vallas y alambres de espino. Fuentes de la LND indicaron que la liberación ha sido «incondicional», aunque se teme que los militares puedan volver a arrestarla.