El ejército de Tailandia reforzó ayer su despliegue en la zona de la frontera que disputa con Camboya, tras 24 horas sin enfrentamientos cerca del templo de Preah Vihear, donde las aldeas han sido evacuadas.

Largos convoyes militares formados por decenas de vehículos, unos con ametralladoras y otros tirando de piezas de artillería de diferente calibre, llegaron a lo largo de día a los acuartelamientos en las proximidades de la localidad fronteriza de Kantharalak, junto a varios cientos de soldados.

La llegada de refuerzos comenzó después de que las tropas tailandesas y camboyanas libraran un nuevo combate por cuarto día consecutivo y a pesar del alto el fuego pactado entre las dos partes.

Por la carretera de unos 30 kilómetros que conecta las ruinas del milenario templo de Preah Vihear con Kantharalak, circulan vehículos militares a gran velocidad y de la Policía cargados de efectivos de la brigada de vigilancia fronteriza, pero pocos son los civiles que van en una u otra dirección.

Esta zona en la que antes de que estallara el conflicto hacía parada y fonda el turismo que visitaba Preah Vihear y en la que días atrás cayeron varias decenas de obuses disparados por las tropas camboyanas desde el otro lado de la frontera, está deshabitada.

En los porches de las casas se observan las señales de que los aldeanos dejaron sus hogares a toda prisa, que se fueron con lo puesto y dejaron atrás a sus perros, gatos y animales al cuidado de voluntarios.