Con la propuesta de un gobierno de notables por parte del mandatario, Karolos Papulias, y una nueva reunión de todos los líderes políticos —salvo el del partido neonazi— convocada para hoy a mediodía, Grecia ganó unas horas en medio de insostenibles presiones de los socios de la Eurozona sobre el futuro de la moneda común y de un horizonte de práctica insolvencia en junio.

   La reunión que ayer han mantenido Papulias, como anfitrión, y los dirigentes de tres partidos (conservador, socialista e Izquierda Democrática), ha terminado sin anuncios formales, pero con cierto aire de optimismo. Tanto la propuesta de un gobierno formado por personalidades ajenas a la política, y apoyado por el Parlamento, como la ronda de contactos prevista para hoy, permiten albergar apenas mínima esperanza de solución.

   La alternativa al vacío de poder sólo es la convocatoria de nuevos comicios en junio, por eso han arreciado las presiones sobre los políticos griegos para alcanzar un acuerdo in extremis. La Comisión Europea ha recordado que Grecia debe cumplir sus compromisos.  

   Lukas Papademos, primer ministro en funciones, ha agitado el fantasma de la insolvencia a partir de junio si no se perciben los próximos tramos de la ayuda internacional. Según un informe en poder del presidente Papulias, que éste ha utilizado en sus contactos con los partidos, el país podría tener serios problemas de liquidez en dos semanas.