Decenas de socorristas trabajaron duramente ayer, en Guatemala, para rescatar a las víctimas de un alud que, según datos oficiales sepultó a 40 personas, mientras los familiares esperaban con angustia el resultado de las operaciones de rescate.

La tragedia empezó cuando un deslizamiento de tierra en el km 171 de la ruta Interamericana arrastró a varios vehículos y peatones al fondo de un barranco de 300 m de profundidad.

Gran número de vecinos acudieron solidarios a buscar sobrevivientes, pero poco después se produjo un segundo desprendimiento de tierra que sepultó a decenas de esas personas. «Empezaron a quitar la tierra, con pala y azadón, querían ayudar a liberar el paso y en los trabajos de rescate, pero encontraron la muerte», dijo Vitalino Andrés, un vecino del área, quien buscaba el cuerpo de su sobrino.

Las autoridades improvisaron una morgue a 500 metros de la zona del desastre. «Es una tragedia nacional. Sólo en este fin de semana se han tenido daños similares a los de (la tormenta) Agatha», afirmó el presidente de Guatemala, Álvaro Colom.