Un ‘carnicero vegetariano’ holandés, baza vegetal de Unilever
Este antiguo "gran amante de la carne" se hizo vegetariano hace 20 años, después de tener que almacenar cerdos muertos en sus cámaras frigoríficas durante una epidemia de peste porcina.
Cuando el agricultor holandés de novena generación Jaap Korteweg se volvió vegetariano y montó un negocio que vendía sustitutos sin carne, su familia pensó que era una broma.
Pero el fundador del «Carnicero Vegetariano» tuvo éxito y en 2018 el gigante de la alimentación británico-holandés Unilever compró la empresa.
Para Unilever, la empresa es el eje central de sus planes para obtener ventas anuales de 1.000 millones de euros (1.200 millones de dólares) a través del cada vez más jugoso mercado global de alimentos de origen vegetal.
«La próxima etapa en Unilever es formidable, invierten mucho. Tienen el conocimiento y el poder para llevarlo a todo el mundo», comenta Korteweg a la AFP, diciendo que los resultados se disparan.
«Es un sueño hecho realidad», explica en medio de un campo donde está construyendo su futura casa ecorresponsable, con un techo cubierto de césped.
Este antiguo «gran amante de la carne» se hizo vegetariano hace 20 años, después de tener que almacenar cerdos muertos en sus cámaras frigoríficas durante una epidemia de peste porcina.
«Para mí era el momento de parar, ya estaba harto de este sistema de utilizar animales para la carne», recuerda Korteweg, quien reconoce que «no fue fácil».
Burlas y zumo de zanahoria
Su historia es cuando menos sorprendente. Korteweg es hijo de un granjero y creció en el campo holandés «entre toros y vacas», pero en 2010 acabó abriendo una pequeña «carnicería» vegetariana en La Haya.
«Lo que veo ahora es que mi familia, mi hermano y mis hermanas son muy positivos sobre esta transformación y la nueva empresa», declara.
Con la ayuda de chefs, el empresario elaboró sustitutos vegetarianos y veganos para recrear el sabor y la apariencia de albóndigas, chuletas o salchichas.
«Mi objetivo era convertirme en el mayor carnicero del mundo lo antes posible. En aquel momento la gente se reía porque no lo tomaban en serio», recuerda Korteweg.
«Yo me lo tomé en serio porque quería crear una alternativa a la carne industrial», suelta.
La empresa creció y Korteweg se prestó al juego de aparecer como el «carnicero vegetariano» en fotos publicitarias con un cuchillo de carnicero en la mano y un delantal salpicado con zumo de zanahoria, en vez de sangre.
El agricultor holandés se subió en el momento adecuado a la ola vegetariana, en parte impulsada por la emergencia climática, dado que la ganadería es una de las industrias más contaminantes del mundo.
Según JPMorgan, el mercado de la «carne» a base de plantas podría alcanzar los 100.000 millones de dólares en 15 años.
(06/12/2020)