Un hombre de 24 años mató hoy por lo menos 11 niños en una escuela de Río de janeiro. El sujeto disparó más de 100 tiros con un revólver.

El hecho ocurrió en la escuela municipal de Realengo Tasso Silveira, en la zona oeste de Río,  cuando Welllington Menezes de Oliveira, de 24 años, ex alumno del establecimiento, entró al lugar presentándose como alguien que iba a dar una conferencia y tras ingresar en una sala con 40 alumnos de de octavo de primaria que pasaban clases de portugués, sacó un arma y disparó asesinando por lo menos a 11 niños, según datos oficiales del Gobierno brasileño, e hiriendo a otros 18,  informó el coronel del cuerpo de Bomberos, Evandro Bezerra.

Entre los muertos habría nueve niñas de entre 12 y 14 años, según informa el diario O Globo.

Un grupo de policías, que estaba actuando en la zona en una operación contra el transporte clandestino, vio a un niño que salía de la escuela con la cara chorreando de sangre. Los uniformados entraron al colegio y subieron al segundo piso donde el joven asesino se había refugiado.

Un policía le disparó en la pierna y le pidió que se rindiera. Enseguida, el joven se dio un tiro en la cabeza y falleció.

El criminal ha dejado una carta escrita en la que explicaba las razones de su acción violenta en la escuela donde había estudiado, según ha revelado el subprefecto de la zona oeste de Río de Janeiro, Edmar Teixeira.

En la misiva, de contenido religioso, Menezes de Oliveira confiesa que es seropositivo (tiene VIH), ha explicado Teixeira, sin divulgar más detalles del texto, que será analizado por las instancias judiciales, según recoge el diario brasileño O Globo.

En la misiva, según El Mundo, el asesino expresaba su «determinación de suicidarse después de la tragedia», como finalmente ocurrió. En la nota, escrita de forma «confusa» y «sin lógica», el autor de la matanza dijo tener el sida y supuestamente hizo referencias al islam.

El alcalde de la futura ciudad olímpica, Eduardo Paes, el gobernador del estado, Sérgio Cabral, y la jefa de la Policía Civil, Martha Rocha, se desplazaron al colegio inmediatamente después de ser informados, informó El Mundo.

Mientras, el portavoz de la Presidencia brasileña, Rodrigo Baena, afirmó que Dilma Rousseff está «consternada» con lo ocurrido en Realengo y sigue las informaciones «con grave preocupación». A mediodía, la jefa de Estado estuvo a punto de romper a llorar al pedir un minuto de silencio durante una ceremonia en la capital para celebrar la inscripción de un millón de emprendedores en un programa federal.