Trabajadores de las siete líneas del metro de Buenos Aires decidieron ayer prolongar por sexto día consecutivo la huelga que mantienen desde la noche del viernes y que afecta a un millón de pasajeros con graves complicaciones para el tránsito céntrico de la ciudad.

Tras la reunión entre representantes sindicales y de la empresa Metrovías, donde no se llegó a ningún acuerdo sobre el 28% de aumento salarial y mejoras en las condiciones laborales que reclaman los empleados del sector, el dirigente Enrique Rossito anunció: “Lamentablemente tenemos que informar que mañana (por hoy) no va a haber subtes (trenes subterráneos)”.

El arribo a un acuerdo se complica por el conflicto político que mantiene el gobierno de Cristina Fernández con el alcalde capitalino Mauricio Macri, líder opositor y aspirante presidencial en 2015, que incluye la administración de las líneas del metro de Buenos Aires.

Kirchner argumenta que en enero Macri firmó un acuerdo para el traspaso del control del metro, pero el Alcalde sostiene que solo se hará cargo del servicio cuando las autoridades federales le transfieran fondos para invertir en la mejora del transporte. Pese a la puja con el Gobierno federal, Macri decidió, no obstante, tras la firma del acuerdo, un aumento en el precio del boleto del metro de 127%, de 1,10 pesos (22 centavos de dólar) a 2,50 pesos.

Este es el paro más prolongado desde 1994 del metro de Buenos Aires, el más antiguo de América Latina.