La gigantesca cabeza de una joven de 14 años emerge con ojos cerrados de las aguas de la bahía de Guanabara, frente a la playa de Botafogo y junto al célebre Pao de Açúcar: es la última escultura del artista Jaume Plensa, que busca con ella “hacer soñar a la gente”.

La blanca cabeza de 12 metros de altura, construida en resina y polvo de mármol, ha sido bautizada Olhar em meus sonhos (Mirar en mis sueños) y podrá verse en una de las más conocidas vistas de Río de Janeiro hasta mediados de noviembre.

La niña, llamada Awilda, está con los ojos cerrados como  “un homenaje a la gente de Río, que tiene un diálogo maravilloso con la naturaleza, pero le falta arte en el espacio público”, explicó.

Consultado por el diario español La Razón sobre la causa por la cual sus estatuas tienen los ojos cerrados, Plensa dijo: “Porque el mundo interior es el de verdad. El camino hacia dentro es el más importante. Hacer cientos de kilómetros a veces no te lleva a ninguna parte. Siempre invito al sueño, a ese mundo paralelo a la realidad que puede explicar la vida mejor”.

Plensa es conocido por sus gigantescas cabezas instaladas en lugares públicos como las obras Dream (2009) en St. Helens, Inglaterra, y Echo (2011), en el Madison Square Park de Nueva York.