Una tormenta cae en medio de homilía del Papa
Un millón de personas se dieron cita en las afueras de la capital española
Alrededor de un millón de jóvenes esperaban al Pontífice, tras una jornada de calor sofocante que llegó a los 40 grados.
El Papa, que presidía la ceremonia religiosa y estaba interviniendo en el momento en que la la lluvia y el viento obligaron a interrumpir su homilía, fue protegido por un paraguas que sujetaron dos ayudantes con dificultad a causa del fuerte viento.
En el enorme escenario instalado en el aeródromo se encontraban también los Príncipes de Asturias, Felipe de Borbón y Letizia Ortiz.
El vendaval provocó además fuertes rachas de lluvia en dirección al escenario, y levantó una fuerte polvareda.
Cientos de miles de peregrinos católicos estaban concentrados en la gigantesca explanada y también tuvieron que cubrirse con paraguas chubasqueros y cualquier cosa que tuvieran a mano.
El viento se llevó por delante todo un sector de sillas vacías y los trabajadores de Radio María, que habían montado un pequeño toldo junto al público, se vieron obligados a colgarse de las barras para que éste no volara.
Desde los servicios de megafonía se pidió a los cientos de miles de peregrinos que acudieron al aeródromo en Madrid que rezaran todos juntos para que remitiese la tormenta.
Indiferentes a la lluvia, miles de jóvenes animaron al Papa con cánticos, hasta que el Pontífice, una vez calmada la tormenta, retomó la palabra.