El presidente de Uruguay, José Mujica, condicionó la legalización de la venta de marihuana (que impulsa su gobierno) a que la iniciativa tenga el apoyo de la mayoría de la población. La decisión generó polémica al interior del oficialismo y la oposición.

Actualmente, la Gobierno uruguayo elabora un proyecto de ley que legalice la venta de marihuana como una forma de combatir el narcotráfico. En Uruguay el consumo del narcótico no está penado, pero sí su producción y comercialización. Según cifras oficiales, actualmente hay en el país unos 150 mil consumidores de esta hierba, por lo general jóvenes.

Ayer, el Jefe de Estado dijo que “si el 60% del país no nos respalda (en la legalización) nos vamos al mazo (renunciamos a él)”, según la página de la Presidencia uruguaya. Esta decisión, agregó, debe ser discutida “por el país entero, de manera amplia y profunda”.

La medida estaría acompañado de la creación de un control de los consumidores y la internación en centros de recuperación de quienes presenten signos conflictivos. En Uruguay, algunos de los consumidores jóvenes se vuelcan luego a la pasta base de cocaína, mucho más adictiva y a la que se señala como responsable del incremento de la violencia delictiva.

La iniciativa generó polémica al interior del Gobierno y de la coalición de izquierda Frente Amplio (FA). Entre quienes se oponen a la medida está el viceministro del Interior, Jorge Vázquez, exdirector de la Junta Nacional de Drogas y hermano del expresidente Tabaré Vázquez (2005-2010), y posible candidato a la presidencia en 2014.