Venezolanos votaron para elegir al sucesor de Hugo Chávez
Estas atípicas elecciones están marcadas por el luto de los chavistas y el culto al mandatario, convertido en una figura casi religiosa. Capriles pidió a sus seguidores una "avalancha" de votos al votar también en Caracas
Los venezolanos votaron este domingo para elegir a su presidente entre el chavista Nicolás Maduro y el opositor Henrique Capriles, tras 14 años de liderazgo único e indiscutido del fallecido Hugo Chávez, cuya revolución socialista dividió profundamente al país.
Poco después de que empezaran a cerrar la mayoría de centros de votación, Capriles advirtió de un posible fraude electoral, algo que fuentes del gobierno calificaron de «provocación», alertando al candidato opositor de que tenga «cuidado».
«Alertamos al país y al mundo la intención de querer cambiar la voluntad expresada por el Pueblo!Hacer RT a este mensaje», escribió Capriles en su cuenta de Twitter.
«Mucho cuidado, mucho cuidado Capriles, mucho cuidado la oposición, vamos a tener conciencia, vamos a respetar al pueblo», respondió de inmediato en el canal oficial VTV el vicepresidente, Jorge Arreaza.
«Si ustedes tienen algún tipo de denuncia ahí están las instituciones, ahí está el Consejo Nacional Electoral (CNE). Esto es una cosa insólita», agregó Arreaza, también yerno de Chávez.
«Eso es una provocación», dijo el jefe de campaña de Maduro, Jorge Rodríguez, en una conferencia de prensa. El CNE prevé ofrecer los resultados unas tres horas después del cierre de los colegios y cuando éstos sean irreversibles.
Rodríguez dijo también que no quería adelantarse al CNE pero convocó una concentración frente al palacio presidencial de Miraflores, donde los chavistas suelen celebrar sus victorias.
Al votar pasado el mediodía en el oeste caraqueño, Maduro previó que los venezolanos «romperán récords de participación».
Maduro aguardaba junto a su esposa Cilia Flores, que asegura será la «primera combatiente» de ganar las elecciones, en el ‘Cuartel de la Montaña’, el museo donde reposan los restos de Chávez.
«Voy a ser presidente de la República por los próximos seis años en nombre de mi comandante Hugo Chávez», declaró horas antes, confiado, Maduro.
Estas atípicas elecciones están marcadas por el luto de los chavistas y el culto al mandatario, convertido en una figura casi religiosa. Capriles pidió a sus seguidores una «avalancha» de votos al votar también en Caracas.
Solicitó además a los opositores denunciar cualquier «atropello» que se detecte y aseguró que «los abusos» serán derrotados con votos, en alusión a las supuestas irregularidades cometidas por los oficialistas, como actos de proselitismo.
En el colegio electoral donde solía votar Chávez, en el barrio popular 23 de enero, su ausencia se sintió.
«Lo vimos muchas veces, todo el mundo enloquecía. Hoy se siente un vacío», explicaron Moriluz y Migdalia Morillo, hermanas de 59 y 60 años, en ese centro.
Tras el inicio del cierre de los colegios, el equipo de campaña de Maduro denunció que su cuenta en Twitter fue hackeada, así como la del oficialista Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), una acción que vio como parte de una «campaña sucia» orquestada desde Bogotá.
«HACKED BY @LUZLSECPERU», decía uno de los falsos mensajes de Maduro. En el centro de votación de Maduro, Ana Guerrero, una peluquera de 56 años, estimó que «hoy está en juego el destino de nuestra patria y tenemos que seguir a nuestro líder (Chávez), hacer lo que nos pidió» de votar por su delfín, agregó.
«Vine a votar pensando en el país, en lograr un cambio radical, completo. En Venezuela ya no se aguanta la carestía, la inseguridad, el desabastecimiento. No hay nada, no hay inversiones. Si gana Maduro vamos a seguir con todo eso», afirmó Orlando Lasso, un empresario de 54 años, en el bastión opositor de Chacao.
Maduro, de 50 años, ha buscado el voto respaldado en dos poderosas armas: el hecho de que Chávez pidió antes de morir el voto para su heredero político y disponer de una fuerte capacidad de movilización electoral.
«Su campaña ha estado centrada en el mensaje de que él es ‘hijo’ del comandante, eso simbólicamente es muy importante, pero también está la movilización de todos los recursos para garantizar el voto», como el uso de autobuses del Estado, dice a la AFP el sociólogo Ignacio Avalos.
Maduro, un exconductor de bus y colaborador fiel de Chávez desde los inicios de su revolución bolivariana, promete continuar el legado de su mentor en pro de los más desfavorecidos y mantener sus populares programas sociales costeados con los ingresos del petroleo -Venezuela tiene las mayores reservas mundiales-, pese a los síntomas de agotamiento de ese sistema subrayados por analistas.
Segunda oportunidad para Capriles
Frente al delfín del hombre fuerte que gobernó Venezuela desde 1999, todavía omnipresente en el discurso oficialista y en afiches en la calle, Capriles hace su segunda apuesta presidencial en seis meses.
El gobernador de Miranda (norte), de 40 años ha sorprendido a los observadores logrando movilizar en masa a sus seguidores, en una breve campaña de diez días.
Capriles aceptó lanzarse a la carrera pese a estar en clara desventaja en los sondeos y ese gesto de «valentía política», además de un discurso más duro y directo buscando desligar a Maduro de Chávez, «le ha funcionado bien», según Avalos.
La publicación de encuestas está prohibida esta semana en Venezuela, pero las últimas conocidas constataron una reducción considerable de la brecha entre Capriles y Maduro, que llegó a aventajarle de 20 puntos tras la muerte de Chávez.
Ambos candidatos mantuvieron un tono agresivo durante la campaña: Maduro acusó a la «burguesía», como denomina a la oposición, de pretender acabar con los beneficios sociales de los pobres y Capriles tildó a su rival de «mentira fresca» y «enchufado» del poder.
El próximo presidente, que gobernará hasta 2019, afrontará el reto de enderezar una economía totalmente dependiente de la renta petrolera y golpeada por el déficit público, la inflación o la escasez, entre otras cosas. Acabar con la inseguridad, que se tradujo en 16.000 homicidios en 2012, la mayor tasa de Sudamérica, también será una de las prioridades.