Sólo cinco meses después de haber celebrado sus últimas elecciones presidenciales, Venezuela entra hoy en una nueva campaña electoral más intensa y frontal, que se adelantó a su arranque formal por la brevedad del cronograma y sin reclamos del poder electoral.

Aunque hoy, 2 de abril, es la fecha que oficialmente marcó el Consejo Nacional Electoral (CNE) para iniciar la campaña, el presidente encargado, Nicolás Maduro, y el candidato opositor Henrique Capriles hace días que se lanzaron a la caza de votos por todo el país en una “campaña de facto” con un regusto confrontativo, coincidieron analistas consultados por EFE. “El tiempo es breve y ninguno de los dos candidatos tiene tiempo que perder”, considera la doctora en ciencias políticas Elsa Cardozo.

Para la académica, el reducido tiempo transcurrido desde que el 9 de marzo se convocó la elección del 14 de abril marcó una campaña “motivadora del voto, tanto del lado del chavismo por la ausencia de (Hugo) Chávez como del lado de la oposición por la pérdida de las presidenciales de octubre y en las regionales de diciembre”.

Buscando combatir la abstención, Capriles y Maduro ya recorren estos días hasta tres estados por día con asambleas ciudadanas, mítines políticos o caminatas por pueblos, contrastando con los actos reducidos a los que se vio obligado Chávez en octubre por sus quebrantos de salud.

Pero no sólo el cronograma de campaña, de solo nueve días (del 2 al 11 de abril), hace particular esta elección presidencial, sino justamente las circunstancias excepcionales en la que fue convocada: tras la muerte el  5 de marco del presidente Hugo Chávez, que por primera vez en 14 años no será la cabeza de cartel del oficialismo.

Para el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Central de Venezuela, Nicmer Evans, el elemento sorpresivo es el cambio de discurso de Capriles con respecto al que usó en octubre ante Chávez. “Que el estilo de campaña de Chávez y Maduro sea de un verbo elevado, subido de tono e irreverente, eso no es nada sorprendente, pero sí es sorprendente que esto lo asuma este candidato que había asumido una estrategia gandhista”.

Elecciones. Con la ventaja de tener una campaña presidencial a sus espaldas y de no enfrentarse ahora al invicto y carismático líder bolivariano, Capriles ha optado por retar directamente a Maduro y usa una dialéctica más frontal para desentrañar “las verdades” del país como la inseguridad o los altos índices de inflación o escasez.

Con respecto a Maduro, la analista Cardozo también observa un cambio de tono de quien fue durante seis años el ministro de Exteriores de Chávez, caracterizado por un tono “conciliador” y que ahora pasó a un “estilo más ofensivo que le viene forzoso”.

Igual que hacía Chávez, Maduro protagoniza largas horas de transmisiones televisivas para “intentar proyectarse él mismo”, considera Cardozo, tratando de imprimir un estilo personal de marido y padre de familia, enfatizando su pasado humilde como chofer de autobús, aunque siempre bajo la sombra y amparo de Chávez.

Hasta el momento, “lo único que podría criticarle al CNE” —que hoy iniciará sus labores de ente rector— “es el hecho de no haber sincerado las fechas de campaña electoral”, dijo Evans al señalar que estos casi 17 días de actividades proselitistas han sido prácticamente “un limbo electoral”.

Capriles descalifica

El candidato  de la oposición a la presidencia de Venezuela, Henrique Capriles, aseguró que el juego “no está cantado”, que no piensa abandonar la carrera electoral y que el gobernante y candidato Nicolás Maduro tiene “la silla prestada” y es una “mala imitación” de Hugo Chávez. EFE