La Casa Blanca condenó ayer las «preocupantes» informaciones sobre posibles maltratos y detenciones a periodistas extranjeros en China cuando intentaban cubrir posibles protestas contra el Gobierno.

En su rueda de prensa diaria, el portavoz de la Casa Blanca, Jay Carney, lanzó un llamamiento al Gobierno chino a respetar los derechos de los corresponsales extranjeros a informar sobre lo que ocurre en el país y reclamó que las autoridades garanticen la seguridad de los periodistas.  «Pedimos a China que respete el derecho de los periodistas a desarrollar libremente su trabajo», indicó Carney.

El portavoz habló después de que el domingo algunos periodistas denunciaran acoso físico y presión policial cuando intentaban informar sobre la convocatoria de protestas en Pekín, maltratos que el Ministerio chino de Exteriores ha atribuido al incumplimiento de la normativa; exigió «respeto y obediencia».