Pese a tumbar a Gueiler, García Meza negó el golpe hace 42 años
En su primer discurso, el dictador justificó la toma del poder, el 17 de julio de 1980.
El general Armando Reyes Villa tomó juramento al presidente de facto Luis García Meza.
Imagen: Capturas el diario, presencia y hoy
“Nos han encomendado administrar el desenvolvimiento de los órganos del Gobierno”, afirmó Luis García Meza durante su discurso al tomar el poder. Negó el golpe del 17 de julio de 1980 pese a que tumbó el gobierno de la presidenta Lidia Gueiler.
Este domingo se cumplen 42 años del golpe de Estado comandado por Luis García Meza y Luis Arce Gómez. LA RAZÓN revisó los periódicos Presencia, El Diario y Hoy para detallar los hechos que acontecieron durante ese periodo.
Después del golpe del general Alberto Natusch, Gueiler se convirtió en noviembre de 1979 en presidenta interina de Bolivia, tenía la misión de convocar a las elecciones generales el 29 de junio y entregar el poder al ganador el 6 de agosto de 1980; sin embargo, no pudo cumplir su objetivo. Los militares dieron un nuevo golpe militar el 17 de julio de ese año.
“Creo de mi deber es evitar días dolorosos y luctuosos para el pueblo. Por ello, consciente de mi responsabilidad de gobernante, me corresponde expresar con absoluta consecuencia con mis ideales, que me veo ante la circunstancia de tener que renunciar con gran sentimiento a la Presidencia de la República, resignando dicho mando a las Fuerzas Armadas de la Nación”, señalaba parte de la carta de renuncia que obligaron a firmar a Gueiler y que se difundió en los periódicos impresos.
Ese jueves 17 de julio por la mañana, el entonces Comité Nacional de Defensa de la Democracia convocó a bloqueo de carreteras y huelga general. Cerca al mediodía, paramilitares irrumpieron en la sede de la Central Obrera Boliviana (COB), asesinaron a Gualberto Vega y Carlos Flores Bedregal, detuvieron a otros dirigentes como Juan Lechín Oquendo, y desde ese momento desapareció el líder socialista Marcelo Quiroga Santa Cruz.
“Las Fuerzas Armadas actuarán en el nuevo ciclo histórico abierto al país”, insistió García Meza en un extenso discurso reproducido por los periódicos.
Días después, en Montevideo, el ministro de la Presidencia de Bolivia, coronel Fernando Palacios, dijo en una entrevista radial que: “En Bolivia no existió ningún golpe de Estado, ocurrió lo siguiente: ante la situación de fraude electoral y de anarquía que vivía el país, la misma presidenta constitucional Lidia Gueiler renunció a su cargo y delegó el poder en favor de las Fuerzas Armadas, que a su vez designaron al general Luis García Meza”.
CRÍMENES.
La presidenta de la Comisión de la Verdad, Nila Heredia, explicó que lograron identificar 13 asesinatos: ocho de la masacre de la calle Harrington (15 de enero de 1981), tres de la COB, de un ciudadano de Oruro y otro de La Paz. Dijo que hay más víctimas, pero que no todos los familiares denunciaron.
“En ese periodo hubo asesinados, apresados y desaparecidos”, recordó Heredia en entrevista con LA RAZÓN. Mencionó el caso del socialista Marcelo Quiroga Santa Cruz, de quien no pudieron encontrar sus restos hasta ahora.
El dictador García Meza falleció en 2018; cumplía su sentencia en Bolivia e incluso tuvo una condena de cadena perpetua por la Justicia de Italia, que juzgó a represores de Bolivia, Chile, Uruguay y Perú por desapariciones y violaciones a los derechos humanos mediante el Plan Cóndor.
Arce Gómez, exministro del Interior de García Meza, murió en 2020. Es recordado por frases como su amenaza de que quienes desobedecieran el estado de sitio debían ir “con el testamento bajo el brazo”; estaba preso desde 2009.
El dictador justificó el golpe por “el grado de descomposición económica y social, guerra subversiva en el proceso electoral, desorden, corrupción y fraude”, indicaba El Diario en su edición del 18 de julio. “En vista de la resignación y renuncia de Gueiler, asumo la administración”, dijo en su primer discurso.
Una población azorada a una semana del golpe de 1980
El jueves 17 de julio de 1980 fue el golpe de Estado en Bolivia. Los ciudadanos estaban azorados por el régimen, es así que el gobierno de facto dispuso feriado nacional el día siguiente
Los barrios de La Paz amanecieron con resguardo militar. Las amas de casa acudieron a los mercados a abastecerse de productos porque se esperaba que esa situación continuara, según las fotografías difundidas por Presencia, El Diario y Hoy.
Similar situación se vio en las regiones del eje central del país. “Las tropas combinadas del Ejército, Aeronáutica y la Fuerza Naval, fuertemente pertrechadas y con uniforme de combate, controlan las principales ciudades apoyadas por blindados”, señala una nota de El Diario.
Había toque de queda de 07.00 a 23.00. Y se registró al menos 20 periodistas detenidos; tres matutinos paceños no circularon ese día porque fueron intervenidas sus instalaciones.
Las radioemisoras iniciaron sus transmisiones, aunque en cadena con la radio Batallón Colorados de las FFAA, encargada de la difusión de noticias con afinidad al régimen militar.
“Por razones de seguridad y para que no haya dispersión de informaciones ni algunos malos periodistas infiltrados en la prensa y se aprovecharan, dejaron de aparecer algunos días los periódicos”, señalaba un comunicado de la dictadura de García Meza.
Reinaba la intranquilidad. El 21 de julio ya se retornaba a la normalidad en la urbe paceña, pero fue intervenida la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) con militares y carros de asalto; además, el servicio de transporte público dejó de atender.
Y algunas fábricas no funcionaron por ausencia de obreros.
En las periferias la situación tendía a agravarse por la presencia de grupos de ciudadanos que intentaban reconstruir barricadas que habían puesto antes.
La presidenta de la Comisión de la Verdad, Nila Heredia, dijo que esos años estuvieron marcados por las desapariciones y asesinatos. “Se calcula decenas de detenidos”, señalaba El Diario en una nota donde explicaba que estaban entre ellos dos de sus periodistas y un fotógrafo.
ACONTECIMIENTOS TRAS EL GOLPE DEL 17 DE JULIO DE 1980
- Dirigentes de la COB pidieron asilo político en un bote pesquero
El 23 de julio, dirigentes de la Central Obrera Boliviana (COB) solicitaron asilo a las autoridades peruanas en Puno. Víctor Giraldo Cruz y Juan Cardozo Apaza fueron los primeros bolivianos en pedir asilo político en Perú tras el golpe de Estado. Llegaron a la frontera con el país vecino en un bote pesquero. El Gobierno dispuso la suspensión de todas las direcciones sindicales por decreto supremo para que se expresen “sin parcializaciones”, informó El Diario.
- Hubo el clásico entre Bolívar y el Tigre, en medio de la represión
En julio, Bolívar y The Strongest jugaron en el “clásico” paceño, pese a la represión militar que había en el país, con énfasis en las ciudades del eje central. La liga de fútbol solamente recorrió algunas fechas de los cotejos a disputarse cerca al 17 de julio. Por otra parte, hasta el 22 de julio, el suministro de carburantes líquidos y gas licuado se regularizó “paulatinamente”, según informó ese entonces Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos (YPFB).
- Mayoría en la OEA censuró al gobierno de facto de García Meza
El 23 de julio, la OEA condenó al gobierno de facto de Luis García Meza “por haber abortado el proceso de formalización a la vida democrática de Bolivia”. Pidió a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos que abra una investigación sobre las denuncias de que se “han producido allí gravísimas violaciones a los derechos fundamentales de la población”. Además de 14 países de América, Estados Unidos se sumó a la condena contra la dictadura.