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Divisiones inferiores

Confieso que estoy aburrido de algunas referencias a las divisiones inferiores del fútbol nacional, algo tan hueco como aquello de “es hora de cambiar las estructuras del fútbol”.

Un interesante comentario del colega y amigo Hernán Maldonado Borda en la Agencia Fides, sobre la contratación de Azkargorta —y el párrafo que transcribo enseguida— me obliga a volver sobre el asunto:

“Lo único positivo que veo es que pondrá énfasis en las divisiones inferiores”.
Creo que el cargo de Xabier Azkargorta le permitirá supervisar y mejorar el trabajo de las selecciones juveniles, pero no podrá ir más allá de un buen consejo a los dirigentes de clubes.

Siempre me extrañó que muchos profesionales bolivianos de éxito, formados en países vecinos  y, en muchos casos, simpatizantes acérrimos de ciertos equipos de esas naciones, hayan vuelto a Bolivia, y en algunos casos a ocupar cargos directivos en el fútbol, y nunca hayan insistido en lo que vieron en “sus equipos de afuera”. ¿Nunca se entusiasmaron con un plantel de tercera o de quinta división? ¿Nunca madrugaron para ver a los jovencitos que —en muchos casos— serían luego estrellas? ¿No les quedó nada de esa experiencia?

La esperanza de Hernán es la misma de colegas como Cucho Vargas y otros tozudos soñadores que repiten desde hace 50 años, ante la indiferencia general, que si no formamos jugadores en los clubes y con torneos serios, no tendremos mañana. Repito y aumento para los que no leyeron bien: formar en los clubes, con torneos serios y  maestros conocedores de la materia. Lo demás es cuento.